En el programa de televisión de la Uno, de la presentadora
Ana Duato: “Un país para comérselo” del 14 de octubre de 2013, Ana recorrió las
Merindades donde probó la lechuga de Medina de Pomar. Allí florece una de las mejores
variedades de lechuga en numerosas plantaciones e invernaderos.
Francisco,
padre, y Fran, hijo, comentaban el cultivo de dichas lechugas: que se plantan
desde marzo y se recogen hasta noviembre, que el frío nocturno hace que la
lechuga se encoja y así tiene ese “croccanti”, que son dulces, la variedad
“patavia”, etc…
En cierto momento, Ana pregunta: - Dime una cosa, Fran, ¿tú
qué es lo mejor que has aprendido de tu padre?
Ante esta pregunta me esperaba que Fran dijese que su padre
le había enseñado en el oficio: las clases de lechuga, cómo tratarlas, cómo
llevar el negocio… Pues no. Sorprendentemente, a la pregunta: ¿Qué es lo mejor
que has aprendido de tu padre? Respondió sin titubear: - A SER BUENA PERSONA.
Creo que eso es lo más bonito que se pueda decir de un
padre.
Y pensé: seguramente que Jesús de Nazaret también reconoció
que su padre José le había enseñado no solamente el oficio de carpintero, sino
A SER BUENA PERSONA.
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