ENTRADA: Recibid nuestra más cordial bienvenida a la Eucaristía del Domingo. Hoy Jesús comenzará a elegir a sus discípulos. La prodigiosa andadura del Reino de Dios se inicia con la búsqueda y elección de unos humildes pescadores. Ellos serán, tiempo después, los heraldos impetuosos del Evangelio. Y hay algo que debemos tener muy en cuenta. Es Jesús quien elige a sus discípulos. No son sus discípulos los que le exigen a Él. Y con nosotros acontece lo mismo. Jesús nos elige para que demos mucho fruto y llevemos la paz, el amor, la salud y la felicidad a nuestros hermanos.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Sacerdote: Al Dios que se compadece de quienes sufren y de quienes andan desorientados le dirigimos nuestras peticiones en forma de oración.
1. Por la Iglesia, y especialmente por el Papa y los obispos, para que todos escuchemos la llamada de Jesús a seguirle. Roguemos al Señor.
2. Por los cristianos perseguidos, para que la fortaleza de su fe sea testimonio de la presencia de Dios entre los hombres. Roguemos al Señor.
3. Por todos aquellos que no creen en Cristo, para que en este tiempo apremiante encuentren en la Iglesia el verdadero rostro de la misericordia y se adhieran al mensaje salvador que nos trae. Roguemos al Señor.
4. Por los que viven en situaciones problemáticas de enfermedad, desempleo, pobreza o soledad para que escuchen la voz de Cristo que les llama a seguirle para cambiar su realidad. Roguemos al Señor.
5. Por los matrimonios cristianos, para viviendo en la misericordia de Dios, sepan sobrellevar los trastornos de cada jornada. Roguemos al Señor.
Sacerdote: Escucha, Padre bueno, estas palabras que te dirigimos y las que guardamos en nuestro silencio, pero quieren hacerte oír nuestra realidad. Atiéndenos, Señor, porque lo necesitamos y porque te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor.
Después de la comunión
(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, 1993)
Bendito seas, Señor Jesús, porque hoy nos invitas a optar contigo por la espléndida aventura del reino de Dios, Éste es el camino más rápido y directo para la plenitud como personas y para una fecunda mayoría de edad cristiana.
Haz que tu amor desbordante y el momento decisivo que vivimos nos motiven para crecer más y más como personas y cristianos.
Conviértenos, Señor, a los valores perennes de tu reino: verdad y vida, santidad y gracia, justicia, amor y paz, Y concédenos el espíritu joven del Evangelio para amar más, para empezar la vida cada mañana, para hacer efectiva la plegaria incombustible del padrenuestro: Venga a nosotros tu reino. Amén.