sábado, 16 de noviembre de 2024

Domingo 33 del Tiempo Ordinario - Ciclo B -

 MONICIÓN DE ENTRADA

Nos reunimos para celebrar la eucaristía en el domingo trigésimo tercero del tiempo ordinario. Hoy, el evangelio nos invita a estar atentos a los signos de los tiempos, como la higuera que brota, para reconocer que el Señor está cerca. Un año más celebramos en este día la Jornada de los Pobres, instituida hace ya ocho años por el papa Francisco. El lema de este año es «la oración del pobre sube hasta Dios».

Hoy, en esta Jornada Mundial de los Pobres, acojamos la llamada a estar cercanos a los más necesitados, como Jesús nos enseñó, y hagamos nuestra su oración, confiando en que el Señor siempre escucha y responde a los humildes y sufrientes.

 

ORACIÓN DE LOS FIELES

Presentemos nuestra oración a Dios, que siempre escucha las súplicas de sus pobres.

— Por la Iglesia, para que, al abrazar la oración de los pobres y escuchar su clamor, sea un testimonio vivo del amor de Dios hacia los más necesitados. Roguemos al Señor.

— Por los que dirigen las naciones y por los que tienen responsabilidades en el campo económico y social, para que promuevan una sociedad más justa y solidaria, poniendo en el centro a los pobres y marginados, conscientes de que ante Dios todos somos necesitados. Roguemos al Señor.

— Por el fin de todas y cada una de las guerras que asolan el planeta, que generan muerte, sufrimiento y pobreza. Que los poderosos renuncien a la violencia y escuchen el clamor de las víctimas inocentes. Roguemos al Señor.

— Por las vocaciones al ministerio sacerdotal, a la vida religiosa y al laicado comprometido, para que quienes son llamados, respondan con humildad y generosidad, siguiendo el ejemplo de Cristo, amigo de los pobres. Roguemos al Señor.

— Por los que están en desempleo, los enfermos, los que carecen de cultura y formación, los migrantes y los que no tienen un hogar digno, para que encuentren en nuestras comunidades acogida, ayuda y esperanza. Roguemos al Señor.

— Por nosotros, reunidos en esta celebración, para que el encuentro con Cristo en la eucaristía nos impulse a vivir una caridad auténtica, traducida en gestos concretos de amor hacia los pobres. Roguemos al Señor.

Escucha, Dios de misericordia, la oración de quien tenemos puesta nuestra confianza sólo en ti y haz­nos cada día más generosos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración inspirada en el Mensaje del santo padre Francisco para la VIII Jornada Mundial de los Pobres

Señor, escucha la oración de los pobres,

que llega hasta tu presencia con la fuerza de la fe y la esperanza.

Haznos capaces de vivir con humildad, reconociendo que todos somos necesitados de tu amor.

Danos un corazón generoso,

dispuesto a compartir el sufrimiento de los que menos tienen

y a ser instrumentos de tu justicia y misericordia.

Que nuestra oración no se quede en palabras,

sino que se transforme en acciones concretas de caridad,

acercándonos a los pobres como hermanos

y compartiendo con ellos el don de tu paz.

Haz que nunca olvidemos

que en los rostros de los que sufren,

vemos el rostro de tu Hijo Jesús,

quien nos invita a amarlos con el mismo amor que Tú nos das.

Por intercesión de María,

Madre de los pobres y de los humildes,

te pedimos que nos guíes en este camino de oración,

servicio y entrega.

Amén.

 

 

sábado, 9 de noviembre de 2024

Moniciones Domingo 32 del Tiempo Ordinario - Ciclo B -

 10 de octubre de 2024

 MONICIÓN DE ENTRADA

 Celebramos hoy el domingo trigésimo segundo del tiempo ordinario. Estos últimos domingos del año litúrgico son una invitación a reflexionar sobre los acontecimientos finales, como son la muerte, la segunda venida de Cristo, el juicio personal y el juicio final. Las lecturas y oraciones son una invitación a vivir cada día conscientes de ese horizonte, lo cual nos ayuda a recorrer más decididamente nuestro camino de fe. Hoy es, además, el Día de la Iglesia Diocesana, en el que recordamos que esa fe la vivimos, cada uno desde nuestra propia vocación y estado de vida, en una comunidad cristiana concreta: en nuestra parroquia, en nuestra diócesis, siempre en comunión con la Iglesia universal. 


 ORACIÓN DE LOS FIELES

1. Por nuestra Iglesia diocesana: por nuestro obispo, por los sacerdotes, los consagrados y los seglares, para que, agradecidos por los dones y talentos recibidos, crezcamos cada día en la comunión con el Señor, en la fidelidad a nuestra respectiva vocación, en la unidad y comunión fraterna, en el compromiso apostólico y evangelizador y en la cercanía y servicio a los pobres y a los que sufren. Roguemos al Señor. 

2. Por quienes se han alejado de la Iglesia, especialmente por quienes lo han hecho por las dificultades para vivirla en nuestra sociedad y por la presión social, para que vuelvan a encontrar la alegría de la fe y el gozo de la pertenencia a la comunidad eclesial. Roguemos al Señor. 

3. Por las autoridades civiles, para que actúen siempre con prudencia y sabiduría, velando siempre por el bien de la sociedad. Roguemos al Señor. 

4. Por los pobres, por los que no pueden participar de los bienes que Dios ha querido que fueran para todos, para que puedan recibir la ayuda que necesitan. Roguemos al Señor.

5. Señor, te pedimos que otorgues la salvación a todas las víctimas que en nuestro país han perdido la vida a causa de la DANA. Consuela a sus familiares y amigos, haz brillar la esperanza para poder encontrar con vida a los desaparecidos y concédenos la caridad para socorrer a nuestros hermanos damnificados.  Roguemos al Señor.

6. Por todos los que participamos en esta celebración, que hemos recibido el don de la fe y celebramos a Jesucristo, para que seamos testigos del amor de Dios en nuestra vida. Roguemos al Señor.

 

ORACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS

 

Te alabamos, Padre, porque en la viuda pobre y generosa Cristo nos mostró un ejemplo vivo de religión verdadera, modelo de la adoración y entrega que él practicó y tú prefieres. Nuestras calculadoras no coinciden con tus matemáticas, Señor, porque donde nosotros sumamos cantidad, tú multiplicas calidad.

Enséñanos hoy a conjugar los verbos dar y compartir, para entregar a los demás amor y acogida, respeto y sonrisa, amistad y tiempo, comprensión y felicidad, alegría, vida y pan.

Danos, Señor, una fe que nos lleve al desprendimiento y la auto-donación, y concédenos la generosidad de los pobres, para que nos entreguemos por entero a ti y a los hermanos. Amén.