MONICIÓN DE ENTRADA
Nos reunimos para celebrar la eucaristía en el domingo trigésimo tercero del tiempo ordinario. Hoy, el evangelio nos invita a estar atentos a los signos de los tiempos, como la higuera que brota, para reconocer que el Señor está cerca. Un año más celebramos en este día la Jornada de los Pobres, instituida hace ya ocho años por el papa Francisco. El lema de este año es «la oración del pobre sube hasta Dios».
Hoy, en esta Jornada Mundial de los Pobres, acojamos la llamada a estar cercanos a los más necesitados, como Jesús nos enseñó, y hagamos nuestra su oración, confiando en que el Señor siempre escucha y responde a los humildes y sufrientes.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Presentemos nuestra oración a Dios, que siempre escucha las súplicas de sus pobres.
— Por la Iglesia, para que, al abrazar la oración de los pobres y escuchar su clamor, sea un testimonio vivo del amor de Dios hacia los más necesitados. Roguemos al Señor.
— Por los que dirigen las naciones y por los que tienen responsabilidades en el campo económico y social, para que promuevan una sociedad más justa y solidaria, poniendo en el centro a los pobres y marginados, conscientes de que ante Dios todos somos necesitados. Roguemos al Señor.
— Por el fin de todas y cada una de las guerras que asolan el planeta, que generan muerte, sufrimiento y pobreza. Que los poderosos renuncien a la violencia y escuchen el clamor de las víctimas inocentes. Roguemos al Señor.
— Por las vocaciones al ministerio sacerdotal, a la vida religiosa y al laicado comprometido, para que quienes son llamados, respondan con humildad y generosidad, siguiendo el ejemplo de Cristo, amigo de los pobres. Roguemos al Señor.
— Por los que están en desempleo, los enfermos, los que carecen de cultura y formación, los migrantes y los que no tienen un hogar digno, para que encuentren en nuestras comunidades acogida, ayuda y esperanza. Roguemos al Señor.
— Por nosotros, reunidos en esta celebración, para que el encuentro con Cristo en la eucaristía nos impulse a vivir una caridad auténtica, traducida en gestos concretos de amor hacia los pobres. Roguemos al Señor.
Escucha, Dios de misericordia, la oración de quien tenemos puesta nuestra confianza sólo en ti y haznos cada día más generosos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración inspirada en el Mensaje del santo padre Francisco para la VIII Jornada Mundial de los Pobres
Señor, escucha la oración de los pobres,
que llega hasta tu presencia con la fuerza de la fe y la esperanza.
Haznos capaces de vivir con humildad, reconociendo que todos somos necesitados de tu amor.
Danos un corazón generoso,
dispuesto a compartir el sufrimiento de los que menos tienen
y a ser instrumentos de tu justicia y misericordia.
Que nuestra oración no se quede en palabras,
sino que se transforme en acciones concretas de caridad,
acercándonos a los pobres como hermanos
y compartiendo con ellos el don de tu paz.
Haz que nunca olvidemos
que en los rostros de los que sufren,
vemos el rostro de tu Hijo Jesús,
quien nos invita a amarlos con el mismo amor que Tú nos das.
Por intercesión de María,
Madre de los pobres y de los humildes,
te pedimos que nos guíes en este camino de oración,
servicio y entrega.
Amén.
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