sábado, 26 de marzo de 2022

Moniciones del Domingo IV del Tiempo de Cuaresma

(27 de marzo de 2022)

(Jos 5, 9a. 10-12; Sal 33; 2 Cor 5, 17-21; Lc 15, 1-3. 11-32)

MONICIÓN DE ENTRADA:

Escuchamos hoy la parábola del padre que tenía dos hijos, el mayor, que siempre está con él, y el menor que se dedica a malgastar su vida. Jesús, al contarnos esta parábola, nos muestra cómo es Dios, un Padre que nos espera con los brazos abiertos tras reconocer el fracaso de malgastar la vida. Jesús actúa en todo momento de la misma manera y nos va indicando cómo tenemos que ser nosotros con los demás, de esta manera podremos celebrar la Eucaristía como una verdadera fiesta, como una invitación al banquete de la alegría.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Sac:. Con plena confianza en el amor del Padre, que nunca abandona a sus hijos, presentémosle nuestras plegarias:

1.     Por la Iglesia. Para que se renueve y crezca cada día más en la fidelidad al Evangelio. Roguemos al Señor.

2.     Por los pastores de la Iglesia. Para que den siempre un buen testimonio de fe y de esperanza. Roguemos al Señor.

3.     Por los que viven alejados de Dios, para que imitando al Hijo Pródigo, reconozcan su culpa y vuelvan al Padre de la misericordia. Roguemos al Señor.

4.     Para que se termine la guerra. Pedimos por los desplazados y refugiados, por las familias separadas por causa de la guerra; por los niños que han quedado huérfanos. Roguemos al Señor.

5.     Por nosotros. Para que la Eucaristía que hoy celebramos fortalezca nuestra fe y dé nuevo impulso a nuestra conversión cuaresmal. Roguemos al Señor.

Sac:. Protégenos, Señor, y sálvanos y ten piedad. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Presentación de las Ofrendas

Junto a las ofrendas de Pan y Vino, presentemos al Señor nuestro propósito de perdonar a los demás, así como Él nos perdona a nosotros.

EXHORTACIÓN FINAL

 

Te bendecimos, Dios Padre, porque Jesucristo, tu Hijo,
fue conocido y acusado como “el que acoge a los pecadores”.
En la parábola del hijo pródigo nos dejó la mejor y más exacta
radiografía de tu corazón de padre que ama y perdona siempre.

Bendito, seas Señor, porque eres un Dios reconciliador
y no nos tratas como merecen nuestros continuos desdenes,
sino que corres a nuestro encuentro y, como al hijo pródigo,
nos colmas de amor, besos, ternura, regalos, pan y eucaristía.

Hoy queremos desandar el camino para descansar al fin


en tus brazos, dejándonos querer por ti; así rehabilitados,
podremos sentarnos a tu mesa con todos los hermanos. Amén.

 

 

sábado, 19 de marzo de 2022

Moniciones Domingo III del Tiempo de Cuaresma

 (20 de marzo de 2022)

Monición de entrada:

Nos encontramos en el tercer domingo de Cuaresma. A partir de hoy la liturgia de la palabra se centra abiertamente en el tema de la conversión para la renovación bautismal. La conversión, antes de que sea demasiado tarde, es la respuesta adecuada a la paciencia de Dios. Así habremos asimilado la lección de la historia del pueblo de Israel, a quien Dios reveló su nombre y lo liberó de la esclavitud de Egipto por medio de Moisés. Puestos de pie, entonamos el canto y recibimos a los ministros de esta Liturgia.


ORACIÓN DE LOS FIELES:

  1. Por la Iglesia, pueblo de Dios, que peregrina en la Cuaresma hacia la Pascua; para que sepa responder a la llamada de Dios en todo lo que sucede, roguemos al Señor.

 

  1. Para que se termine la guerra. Pedimos por los desplazados y refugiados, por las familias separadas por causa de la guerra; por los niños que han quedado huérfanos. Roguemos al Señor.

 

  1. Por todos los llamados, como Moisés, a ejercer cargos de responsabilidad al servicio de los demás; para que cumplan su gestión con la mayor generosidad de ánimo, roguemos al Señor.

 

  1. Por todos los que sufren injusticias, atropellos,… y han perdido la esperanza; para que sus quejas sean oídas, roguemos al Señor.
     
  2. Por nosotros, a quienes ha tocado vivir en la última de las edades; para que no nos creamos seguros, sepamos comprender los signos de Dios y no se endurezca nuestro corazón, roguemos al Señor.

 EXHORTACIÓN FINAL

Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 258 

Te bendecimos, Padre, porque eres paciente y compasivo,

un Dios lento a la ira y rico en clemencia y bondad.

No quieres la muerte del pecador, sino que se convierta y viva.

Por eso nos invitas continuamente a una conversión liberadora;

pero nosotros estamos instalados muy a gusto en la mezquindad,

en la hojarasca estéril de una frondosidad tan sólo aparente.

 

Convierte, Señor, nuestro corazón a los valores de tu reino:

pobreza y desprendimiento, perdón y fraternidad, paz y concordia,

amor y justicia, alegría y generosidad, aguante y esperanza.

así seremos hombres  y mujeres nuevos, hijos de tu ternura,

cristianos maduros de verdad y guiados por tu Espíritu. Amén.