sábado, 19 de marzo de 2022

Moniciones Domingo III del Tiempo de Cuaresma

 (20 de marzo de 2022)

Monición de entrada:

Nos encontramos en el tercer domingo de Cuaresma. A partir de hoy la liturgia de la palabra se centra abiertamente en el tema de la conversión para la renovación bautismal. La conversión, antes de que sea demasiado tarde, es la respuesta adecuada a la paciencia de Dios. Así habremos asimilado la lección de la historia del pueblo de Israel, a quien Dios reveló su nombre y lo liberó de la esclavitud de Egipto por medio de Moisés. Puestos de pie, entonamos el canto y recibimos a los ministros de esta Liturgia.


ORACIÓN DE LOS FIELES:

  1. Por la Iglesia, pueblo de Dios, que peregrina en la Cuaresma hacia la Pascua; para que sepa responder a la llamada de Dios en todo lo que sucede, roguemos al Señor.

 

  1. Para que se termine la guerra. Pedimos por los desplazados y refugiados, por las familias separadas por causa de la guerra; por los niños que han quedado huérfanos. Roguemos al Señor.

 

  1. Por todos los llamados, como Moisés, a ejercer cargos de responsabilidad al servicio de los demás; para que cumplan su gestión con la mayor generosidad de ánimo, roguemos al Señor.

 

  1. Por todos los que sufren injusticias, atropellos,… y han perdido la esperanza; para que sus quejas sean oídas, roguemos al Señor.
     
  2. Por nosotros, a quienes ha tocado vivir en la última de las edades; para que no nos creamos seguros, sepamos comprender los signos de Dios y no se endurezca nuestro corazón, roguemos al Señor.

 EXHORTACIÓN FINAL

Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 258 

Te bendecimos, Padre, porque eres paciente y compasivo,

un Dios lento a la ira y rico en clemencia y bondad.

No quieres la muerte del pecador, sino que se convierta y viva.

Por eso nos invitas continuamente a una conversión liberadora;

pero nosotros estamos instalados muy a gusto en la mezquindad,

en la hojarasca estéril de una frondosidad tan sólo aparente.

 

Convierte, Señor, nuestro corazón a los valores de tu reino:

pobreza y desprendimiento, perdón y fraternidad, paz y concordia,

amor y justicia, alegría y generosidad, aguante y esperanza.

así seremos hombres  y mujeres nuevos, hijos de tu ternura,

cristianos maduros de verdad y guiados por tu Espíritu. Amén.

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