domingo, 18 de septiembre de 2022

Moniciones Domingo 25 del Tiempo Ordinario - Ciclo C -

 (18 de septiembre de 2022)

Am 8, 4-7;  Salmo 112; 1Tim 2, 1-8; Lc 16, 1-3.

MONICIÓN DE ENTRADA

Bienvenidos seáis todos y todas a esta Asamblea de hermanos. Vamos a celebrar la Eucaristía que es la gran plegaria comunitaria de la Iglesia. Hoy, Jesús de Nazaret nos va a advertir sobre la contaminación del dinero, sobre lo malo del amor a las riquezas. Pero lo hará de una manera sorprendente. Rompiendo todo el orden humano establecido para deudas y deudores. Así es Jesús. Vino a dar un nuevo cauce a las cosas basándose en el amor y en la inteligencia. Hoy, más que nunca, debemos aprender de los mensajes que las lecturas de este domingo 25 del Tiempo Ordinario, porque la adoración al dinero, el respeto reverencial por él, lo llevamos muy dentro y nos esclaviza. Aprovechemos las enseñanzas de Jesús de Nazaret para dejar de ser esclavos.


ORACIÓN DE LOS FIELES

Sacerdote: Oremos a Dios Padre, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.

1. Por la Iglesia, para que sepa dar testimonio de Cristo en medio de nuestro mundo. Roguemos al Señor.

2. Por los gobernantes de todas las naciones, para que sus esfuerzos por la justicia y la paz, sobre todo en Ucrania, no sean en vano. Roguemos al Señor.

3. Por los marginados, por los desempleados, por los más pobres, para que encuentren una solución justa para sus problemas. Roguemos al Señor.

4. Por los que sufren enfermedad y por todos aquellos que los atienden.  Roguemos al Señor.

5. Por los padres de familia, por los educadores, y todos aquellos de los que depende la educación de los niños y los jóvenes, para que sean fieles a la doctrina de Cristo. Roguemos al Señor.

6. Por nosotros, para que no caigamos en la tentación de la codicia y no se apegue nuestro corazón a las riquezas. Roguemos al Señor.

 Sacerdote: Alzamos las manos a Ti Padre Omnipotente, presentando las necesidades del mundo. Danos a todos aquello que necesitamos para llevar una vida acorde a tus designios. Por JNS.

Exhortación final

(Tomado de Basilio Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1995)

Bendito seas, Dios Padre, por el aviso que hoy nos das

por medio de Jesús a tus hijos queridos, los hijos de la luz,

para que despertemos las enormes energías del Reino, sin ceder

al cansancio y la inhibición, la rutina y el desaliento.

 

Reconocemos, Señor, que no siempre actuamos como discípulos

de Cristo, porque nos vence el apego a los bienes terrenos,

la idolatría del dinero, la comodidad y el abstencionismo.

Ten compasión de nosotros, Señor, y ayúdanos con tu gracia.

 

Enséñanos a usar los bienes perecederos de esta vida,

invirtiéndolos con generosidad en nuestros hermanos más pobres,

y ganándonos así amigos seguros en las moradas eternas. Amén.

Amén.

 

 

 

 

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