(6 de agosto de 2023)
MONICIÓN DE ENTRADA
Bienvenidos a esta primera Eucaristía de agosto. La riqueza de la Palabra de Dios vuelve a sacudirnos este domingo como lo hizo con los Apóstoles que subieron al Monte Tabor. La fiesta de la Transfiguración es como una pausa dentro de la serie del Tiempo Ordinario. Y su coincidencia con el domingo da mayor brillantez a una fiesta que comenzó a celebrar la Iglesia nada menos que en el Siglo VI, cuando se hizo la dedicación de la primera basílica erigida en ese monte de Palestina. Participemos con toda nuestra alegría en la manifestación de la Gloria de Dios en el Señor Jesús. Hoy, la Transfiguración debe producirnos el mismo efecto que saborearon Pedro, Santiago y Juan: un convencimiento fehaciente de la divinidad de Jesús.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Sacerdote: Por medio de Jesucristo transfigurado, elevamos al Padre nuestra oración pidiendo por las necesidades de Iglesia y de los hombres:
1. Por el Papa que se encuentra en Lisboa, por los obispos y sacerdotes para que siguiendo el ejemplo de Jesús sepan mostrar la Gloria de Dios a todos los hombres. ROGUEMOS AL SEÑOR.
2. Por los jóvenes que están participando en la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa, para que puedan llevar a Cristo a todos, obedeciendo al Padre, en el amor del Espíritu. ROGUEMOS AL SEÑOR.
3. Por todos los pueblos de la tierra, para que se pongan de acuerdo en conseguir la paz. ROGUEMOS AL SEÑOR.
4. Por todos aquellos que pasan necesidad o sufren alguna enfermedad o contratiempo, para que, mirando a Cristo, superen sus problemas y su vida quede trasformada. OREMOS
5. Por todos aquellos que viven lejos de Dios, para que, experimentando a dicha de la Gloria de Cristo, se acerquen al seno de la Iglesia. OREMOS
6. Por todos los que hoy hemos contemplado la Gloria de Cristo, en el monte Tabor, para que seamos fieles transmisores de la verdad revelada. OREMOS
Sacerdote: Padre, haz que, los que hoy hemos contemplado la Transfiguración de tu Hijo, seamos capaces de comprender el Amor que Él nos trajo y los vivamos entre todos.
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, 1993)
Dios de nuestros padres, te bendecimos agradecidos porque el mensaje de la transfiguración de Jesús, tu Hijo, anticipa su gloria luminosa de pascua de resurrección. Tal esperanza alienta nuestra vida errante, especialmente cuando esta presenta el lado hiriente de la cruz con Cristo, cuando nos cercan la oscuridad y la duda, el temor y la fatiga.
Entonces Jesús, como a los apóstoles en el Tabor, nos dice: Levantaos, no temáis; yo estoy con vosotros en el camino, y en la raya del horizonte despierta ya la aurora pascual. Haz, Señor, que cumplamos la condición de la fe que nos pides, escuchando a Jesús y siguiendo sus huellas con alegría. Amén.
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