sábado, 28 de noviembre de 2020

Moniciones Domingo I de Adviento (Ciclo B)

 (29 de noviembre de 2020)

(Is 63,16b-17; 64,1.3b-8; 1Cor 1,3-9; Mc 13,33-37)

MONICIÓN DE ENTRADA:

Al comenzar hoy el Adviento, Jesús, una vez más nos descubre su inquietud: «Vivid despiertos».

Es una llamada a despertar la esperanza en Dios que viene a vivir con y para todas las gentes de todos los tiempos, así lo quiso y así lo quiere precisamente para enseñarnos con su vida y su mensaje, a ser más bondadosos, más humanos.

Que el Evangelio que vamos a escuchar, junto con las otras lecturas, nos animen a ser fieles al Señor. A no mirar hacia otro lado. A no estar dormidos para las cosas de Dios y demasiado despiertos con las cosas del mundo.

BENDICIÓN DE LA CORONA DE ADVIENTO

“La Tierra, Señor, se alegra en estos días y tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, el Señor que se avecina como luz esplendorosa, para iluminar a los que están en las tinieblas del egoísmo, del dolor y del pecado.

Llenos de esperanza en su venida hemos preparado con gran cariño esta corona, la hemos hecho con ramas verdes de nuestra tierra, para que nos acompañe en nuestra parroquia (familia, grupo, clase, colegio) en este tiempo de preparación para la venida de tu Hijo en Navidad.

Te pedimos Señor que al ir encendiendo estas velas nos ilumines a todos nosotros con ese esplendor de aquel que, por su luz del mundo, iluminará todas las oscuridades.

ORACIÓN PARA ENCENDER LA PRIMERA VELA DE LA CORONA

Encendemos, Señor, esta luz,

como aquel que enciende su lámpara

para salir en la noche,

al encuentro del amigo que ya viene.

En esta primera semana del Adviento

queremos levantarnos para esperarte preparados,

para recibirte con alegría.

Muchas sombras nos envuelven.

Muchos halagos nos adormecen.

Queremos estar despiertos y vigilantes,

porque tú nos traes la luz más clara,

la paz más profunda,

y la alegría más verdadera.

¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!

ORACIÓN DE LOS FIELES

Sacerdote: Adviento es momento de cambio de volvernos hacia Dios, y sabemos que sólo Él puede realizar esa conversión en nosotros. Así pues, presentamos nuestra súplica:

 

1.  Por el Papa, los obispos y sacerdotes, para que en este Adviento que hoy comenzamos sepan ser voz de guía para toda la Iglesia. Roguemos al Señor.

2.    Por los que ostentan el poder económico y político en nuestros países, para que sean los necesitados y los desfavorecidos los primeros en sus preocupaciones. Roguemos al Señor.

3.    Por todos aquellos que durante este año se han separado de la Iglesia, para que este Adviento les haga volver de nuevo bajo la mano protectora de Nuestro Señor. Roguemos al Señor.

4.   Por los matrimonios y las familias, para que especialmente este mes procuren preparar un hueco al niño que viene. Roguemos al Señor.

5.   Oremos por todos los que han muerto por causa de esta pandemia y por los difuntos de nuestras familias, para que el Señor los tenga en su seno y conforte a sus familiares y amigos. Roguemos al Señor.

6.   Por quienes no tienen trabajo, o lo ven peligrar, por causa de la pandemia. Roguemos al Señor

Sacerdote: Padre, concede a tu pueblo vivir este Adviento, con la esperanza de que el niño que viene nos trae la Luz que necesitamos. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Después de la comunión

Bendito seas Señor Jesús, tú que vives por siempre, porque durante tu corta ausencia confías en nosotros y nos encomiendas la inmensa tarea de un amor vigilante que no echa la siesta cuando hay tanto que hacer en torno.
Esperamos tu venida con actitud alegre y dinámica, sin ansiedad estéril ni expectación angustiosa.
Ayúdanos a unir productivamente la esperanza y el esfuerzo para acelerar el día venturoso de la llegada de tu reino.
No permitas, Señor, que se enfríe nuestro corazón, para que al llegar nos encuentres con las manos en la tarea de amasar un mundo mejor y el corazón ocupado en amar. Amén

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