(Ex 20, 1-17; 1 Cor 1, 22-25; Jn 2, 13-25)
MONICIÓN DE ENTRADA
Vamos acercándonos a los días santos de la Pascua. Hoy, tercer domingo de Cuaresma, es una muy buena ocasión para pensar en nuestra escala de valores. Las lecturas nos hablan de los diez mandamientos, la sabiduría de la cruz, el templo con sus sacrificios externos y el nuevo templo de Cristo resucitado. En él se dará la presencia de Dios entre los seres humanos y está en medio de nosotros para presentar al Padre nuestra acción de gracias.
Sacerdote: Unidos en una misma oración, pidamos, al Señor, por las necesidades del mundo y por las de cada uno de nosotros.
1. Por el Papa, los obispos, los sacerdotes y toda la iglesia, para que su testimonio sea reflejo de Cristo, puro y transfigurado, el Hijo amado del Padre. Roguemos al Señor.
2. Para que se logre la paz en todo el mundo. Roguemos al Señor.
3. Para que todos nosotros seamos fieles al mandamiento del amor a Dios y al prójimo. Roguemos al Señor.
4. Por todos los hermanos que viven de espaldas a la alianza de Dios para que enderecen sus caminos y comprendan que sólo salva el amor. Roguemos al Señor.
5. Para que no olvidemos a los enfermos, los ancianos, los niños y todos los que sufren. Roguemos al Señor.
6. Por todos nuestros difuntos, para que el Señor les abra las puertas de su casa en el Reino. Roguemos al Señor.
Sacerdote: Escucha, Padre, las súplicas de tus hijos, que buscan tu rostro y esperan gozar de tu dicha en el país de la vida. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración de acción de gracias
(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993)
Gracias, Padre, porque tanto amaste al mundo que nos diste a tu Hijo, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.
Su pasión y su cruz son escándalo para unos y necedad para otros, pero fuerza y sabiduría salvadoras de Dios para los que creemos. Por medio de Jesús estableciste con tu pueblo una alianza nueva en la que él mismo es la religión, el culto y el templo nuevos.
Queremos
ser piedras vivas del templo de tu Iglesia, transvasando la fe, el culto y la
religión a la vida diaria, al mundo, a la familia, al trabajo, a los hermanos
todos. Así podremos adorarte y darte culto como tú quieres: con una religión
auténtica en espíritu y en verdad. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario