Moniciones Domingo de la Resurrección del Señor
(Hch 10,34ª.37- 43; Col 3,1-4; Mc 16,1-7)
MONICIÓN DE ENTRADA
Buenos días a todos: ¡ALELUYA, ALELUYA! ¡EL SEÑOR HA RESUCITADO!
Esta es la gran noticia que, desde esta noche pasada, corre por todo el mundo. Allá donde existen cristianos, esta gran verdad, se convierte en un pregón y en la alegría mayor de nuestra vida: ¡TAMBIEN NOSOTROS RESUCITAREMOS! No podemos apagar la voz de la Pascua, no podemos acallar esta vida nueva que Jesús nos trae.
Vamos a poner, en esta celebración, nuestras voces: que canten la alegría de la Resurrección.
Vamos a poner el corazón: que dejemos al Señor entrar y vivir en Él.
Vamos a poner todo lo que somos: que el Señor nos haga partícipes de su VIDA NUEVA.
Imagen: Paraclesion de San Salvador en Cora, Estambul. Bajada a los Infiernos o Anastasis, donde aparece Cristo que saca a Adán y Eva de sus sepulcros, Juan el Bautista, David y Salomón.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Celebrante.- La luz ha ganado a la tiniebla. La muerte ha sido vencida por la Vida. Nuestro gozo y alegría desbordan. Por eso pedimos al Señor:
1. – Por el Papa Francisco, obispos y sacerdotes: para que anuncien a todo el mundo la buena nueva de la Resurrección de Cristo. Roguemos al Señor.
2. – Por los dirigentes de las naciones: para que se dejen guiar por la luz de Cristo resucitado y consigan la paz. Roguemos al Señor.
3. – Por todos los habitantes del planeta: para que Cristo resucitado se haga presente en su vida con los dones de la paz y de la esperanza. Roguemos al Señor.
4. – Por los que se alejaron del camino: para que la alegría de Cristo resucitado les haga retornar a la casa del Padre. Roguemos al Señor.
5. – Para que Dios Padre conceda la salud a los enfermos, fortaleza a los que sufren y el consuelo a quienes lo necesiten. Roguemos al Señor.
6. – Por los que celebramos la resurrección del Señor: para que nuestra vida refleje la fe y la alegría de los misterios que hoy hemos vivido. Roguemos al Señor.
Celebrante.- Señor, hemos visto el sepulcro vacío; haznos descubrir también la dicha de la Resurrección y de la Vida en Cristo. Por Él, que resucitado, contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Exhortación final:
(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993)
Te bendecimos, Padre por la resurrección de Jesús, tu Hijo, mientras peregrinamos como tu pueblo errante por el desierto, atisbando la aurora y saludando nuestra liberación.
Esta es la nueva humanidad que nace con Cristo resucitado, el hombre nuevo, el viviente, el vencedor de la muerte.
Haznos, Señor, hombres y mujeres nuevos, para que, según tu mandato, podamos ser testigos de tu resurrección y mostrar a los demás que el hombre y mundo nuevos son posibles.
Para eso, vence nuestra apatía con la fuerza del Resucitado; entonces creeremos eficazmente y quedaremos asombrados de lo que tu Espíritu puede realizar en y por nosotros. Amén.
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