sábado, 17 de abril de 2021

Moniciones Domingo III de Pascua (Ciclo B)

MONICIÓN DE ENTRADA

¡Feliz Pascua de Resurrección!

Seguimos celebrando, con los cantos y las flores, la luz y el agua, la Palabra y nuestra alegría, el triunfo de la VIDA sobre la muerte a través de la resurrección de Cristo. ¿Nos damos cuenta de lo qué supone? También nosotros, por si lo hemos olvidado, resucitaremos.

Mientras tanto ¿qué podemos ofrecer al Señor? Ni más ni menos que nuestra fe. Para ello venimos a la Eucaristía: para fortalecer nuestra amistad con El, para que desaparezcan nuestros interrogantes, nuestras dudas y nuestros miedos. ¡El Señor viene a nuestro encuentro, aleluya, aleluya!

 


 

ORACIÓN DE LOS FIELES

Sacerdote: Llenos de gozo por la celebración continuada de la Resurrección de tu Hijo, te pedimos que aceptes nuestras súplicas que con humildad y alegría te presentamos en este Domingo, el Día del Señor.

1.     Por el Papa Francisco, los obispos, sacerdotes, diáconos y todo el pueblo de Dios para que la Iglesia siga siendo testigo valiente de la Resurrección del Señor Jesús. OREMOS

2.     Para que la paz de Cristo Resucitado se extienda a todas las naciones, especialmente a aquellas destrozadas por conflictos armados. OREMOS

3.     Por los niños y niñas que vienen a la Catequesis, para que se sientan ayudados por sus padres a seguir el camino de Jesucristo resucitado. OREMOS

4.     Por los pobres, los inmigrantes con problemas, los que han perdido su trabajo, para que su necesidad no dure mucho y reine la solidaridad y el amor en todos los hermanos, a pesar de las graves y crecientes dificultades. OREMOS

5.     Por nosotros presentes en esta Eucaristía, que sepamos comunicar a los hermanos alejados de la fe la alegría de la Pascua. OREMOS

Sacerdote: Recibe, Padre, estas plegarias que te presentamos con fe, esperanza y caridad. Por Nuestro Señor Jesucristo.

DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te bendecimos, Padre, porque Cristo resucitado

viene a romper los cerrojos de nuestras puertas y corazones,

cerrados por el miedo y la duda, la apatía y el desánimo.

Nos cuesta creer de verdad que Cristo está vivo hoy como ayer,

y que comparte con nosotros la mesa y el pan de la esperanza.

Y sin embargo, es cierto: ¡Jesús es el Señor resucitado!

Él hace brillar en la noche la aurora de su resurrección

para los que creen a pesar de la oscuridad y del miedo.

No permitas, Señor, que nos resistamos a creer en ti.

Danos tu Espíritu que nos haga, ante nuestros hermanos,

testigos valientes de tu salvación y de tu amor de Padre.  Amén.


 

 

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