sábado, 26 de noviembre de 2022

Primer domingo de Adviento - Ciclo A -

 27 de noviembre de 2022

ENTRADA:

Queridos hermanos. En este primer domingo de Adviento se nos invita a salir al encuentro del Señor, lo cual implica dejar nuestra comodidad, nuestra estabilidad y nuestras seguridades, para entrar en el misterio de Dios que se hace presente en la historia, en nuestra propia historia.

Preparémonos para participar en esta celebración abriendo nuestro corazón y nuestra vida al Señor, que ya está llamando a la puerta. Él viene siempre. ¿No lo notáis?



 

 PRIMERA VELA DE LA CORONA:

Señor, en este primer domingo de Adviento, encendemos esta vela, como símbolo de nuestro deseo de permanecer despiertos y vigilantes, oteando el horizonte ante la llegada del Hijo del hombre y su paso por nuestra vida.

Como hombres y mujeres de esperanza, que nos creemos tus promesas, queremos estar atentos y salir al paso de aquellos que desesperan porque les han robado su dignidad humana.

Ayúdanos a ser testigos creíbles de tu luz y portadores de una esperanza que nos invita a mirar más allá. ¡Ven, señor, Jesús!

ORACIÓN DE LOS FIELES

Sacerdote: En este momento, vamos a recoger las necesidades que vamos descubriendo a lo largo de la vida y se las presentamos al Señor. Respondemos: Ven, Señor, Jesús.

 1.- Por la Iglesia, para que sea anunciadora del Señor que viene, y sea signo de esperanza en medio de nuestro mundo. Oremos. Ven, Señor, Jesús.

 2.- Por nuestros gobernantes, para que establezcan políticas que generen la paz y la justicia. Oremos. Ven, Señor, Jesús.

 3.- Para que, como comunidad de discípulos, vivamos en vela, atentos a las huellas de Dios en nuestro mundo. Oremos. Ven, Señor, Jesús.

 4.- Por cada uno de nosotros aquí presentes, para que nos dejemos transformar por el amor de Dios, y estemos abiertos a la escucha de su palabra. Oremos. Ven, Señor, Jesús.

Sacerdote: Señor, escucha la oración de tu pueblo, que espera en oración y servicio la venida de tu Hijo, que vive y reina…

ORACION DE ACCION DE GRACIAS

(Tomado de Basilio Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1995)

 Te bendecimos, Dios de la esperanza indestructible, porque en la venida de Jesús, tu Hijo y nuestro hermano, realizas la utopía del profeta: la paz entre los pueblos.

Tu salvación despierta el alba en nuestro yermo horizonte; así podemos emprender ya un camino de esperanza y dignidad.

Gracias, Señor, porque hoy nos das razones para vivir y para amar, para llenar nuestro vacío existencial, ya crónico, para vencer incansables la perenne mezquindad humana, para iniciar hoy la apasionante tarea que nos confías: el adviento inacabado de un hombre y mundo nuevos.

Ayúdanos, Señor, con la fuerza de tu Espíritu. Amén.

sábado, 19 de noviembre de 2022

Moniciones Domingo 34 del Tiempo Ordinario - Ciclo C

 Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo

(20 de noviembre de 2022)

Monición de entrada:

Celebrar la fiesta de Cristo Rey es unir nuestro destino con el destino de este Rey; unir nuestras manos con las manos de este Rey. Convertir nuestro tiempo ordinario en extraordinario. Jesús mismo nos invita a ser esas “buenas manos”: sostener, acariciar, enjugar sudores y lágrimas, sanar, levantar del polvo a caídas, curar heridas, abrazar, danzar… Son acciones sencillas, cotidianas, que todos sabemos y podemos hacer.

La promesa de Jesús en la cruz sigue vigente, hoy podemos estar con Él. Ya sabemos el camino.

                                                                              Imagen de Cristo Rey, Salesianos de Mohernando (Guadalajara)

Oración universal: 

Sacerdote: Presentamos a Dios, en forma de súplica, la realidad de un mundo necesitado de ayuda y comprensión:

1.     Por la Iglesia, para que presente ante el mundo el testimonio auténtico del amor y del cuidado por los pobres. Roguemos al Señor.

2.     Por quienes creemos en Dios, pero no somos conscientes de ser una comunidad encargada de mantener la esperanza en el mundo, para que asumamos esa tarea. Roguemos al Señor.

3.     Por quienes acusan a Dios de ser poco sensible al dolor y querrían que hiciera prodigios contra los malos, para que comprendan que su silencio no es cobardía ni indiferencia sino invitación a otra solidaridad. Roguemos al Señor.

4.     Para que todos seamos más cercanos al dolor y nuestra liturgia sea expresión de esa preocupación. Roguemos al Señor.

5.     Por el fin de la guerra de Ucrania y de todas las demás guerras que asolan el planeta. Por los que sufren sus consecuencias. Roguemos al Señor.

6.     Para que el Dios de Jesús, el sencillo y comprometido, tenga un lugar central en nuestro corazón y sea Rey de nuestros sentimientos. Roguemos al Señor.

Sacerdote: Escucha, Dios bueno, nuestra oración, ella recoge siempre la situación de nuestro mundo. Atiende lo que te pedimos y danos lo que necesitamos. Por Jesucristo  

Después de la Comunión

(Tomado de Basilio Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1995)

 

Hoy te alabamos, Padre del cielo, porque en la resurrección de tu Hijo, Cristo Jesús, lo constituiste Rey y Señor universal de todo lo creado con un poder y un reino eternos que no cesarán.

Gracias también, porque, a su vez, Cristo ha hecho de nosotros, los bautizados en él, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.

Haz, Señor, que venga tu reino al mundo de los hombres, y danos la fuerza de tu Espíritu para mantener irrevocable nuestra entrega personal a la construcción de tu reinado en nuestro mundo: tu reino de verdad y de vida, tu reino de santidad y de gracia, de justicia, de amor y de paz.

Así mereceremos alcanzar de ti el reino eterno con Cristo. Amén.

 

sábado, 12 de noviembre de 2022

Domingo 33 del Tiempo Ordinario - Ciclo C -

 Guión tomado de https://www.conferenciaepiscopal.es/jornada-mundial-de-los-pobres-2022/

Monición de entrada:

Hermanos: celebramos la eucaristía en el domingo trigésimo tercero del tiempo ordinario, y la liturgia nos invita a vivir en tensión y esperanza, al final del año litúrgico, aguardando el «Día del Señor», su retorno glorioso al final de la historia. Mientras tanto, encontramos en la Palabra y la eucaristía la fuerza para vencer las pruebas y anunciar el amor de Dios. Hoy, además, al celebrar la Sexta Jornada Mundial de los Pobres, instituida hace unos años por el papa Francisco, se nos recuerda que Jesucristo se hizo pobre por nosotros, y esa es la fuente de nuestro compromiso solidario con los hermanos necesitados. Solo de esa manera podremos anunciar y vivir plenamente el amor de Dios y prepararnos para su venida. Tragedias como las que hemos vivido —la pandemia— o las que estamos viviendo —la guerra— nos invitan a dar una respuesta adecuada que lleve alivio y paz a tantas personas, dejadas a merced de la incertidumbre y la precariedad, en la lógica del «dar», pero sobre todo, del «darnos», sin falsas retóricas, sin paternalismos, siguiendo el camino de Cristo. En la eucaristía encontramos la gracia que nos capacita. Que el Espíritu Santo nos ayude, pues, a salir de nuestras indiferencias


Oración de los fieles:

Sacerdote: Presentemos nuestra oración a Dios, que siempre escucha las súplicas de sus pobres.

 1.     Por la Iglesia, para que presente ante el mundo el testimonio auténtico del amor y del cuidado por los pobres. Roguemos al Señor.

2.     Por los que dirigen las naciones y por los que tienen responsabilidades en el campo económico y social, para que pongan sus esfuerzos en la promoción de los más desfavorecidos. Roguemos al Señor.

3.     Por el fin de la guerra de Ucrania y de todas las demás guerras que asolan el planeta. Por los que sufren sus consecuencias. Roguemos al Señor.

4.     Por las vocaciones al ministerio sacerdotal, a la vida religiosa o monástica, a la vida misionera y al laicado comprometido, para que, quienes son llamados, escuchen con generosidad la voz de Dios que les pide la entrega de sus vidas. Roguemos al Señor.

5.     Por los que están en desempleo, los enfermos, los que carecen de cultura y formación, los que viven solos, los que no tienen alimentos o agua potable, los que no tienen un hogar digno, los que han tenido que migrar, para que encuentren en nosotros comprensión, consuelo y ayuda. Roguemos al Señor.

6.   Por nosotros, reunidos en esta celebración, para que, al recibir el alimento del Cuerpo del Señor, nos sintamos más urgidos a orar y ayudar a nuestros hermanos que se encuentran en necesidad. Roguemos al Señor.

Sacerdote: Escucha, Dios de misericordia, la oración de quien tenemos puesta nuestra confianza solo en ti y haznos cada día más generosos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

(Tomado de Basilio Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1995)

 

Bendito seas, Padre nuestro, Dios de la vida inmortal,

porque mediante la fe en Cristo y el bautismo del Espíritu nos hiciste tus hijos, llamándonos a vivir contigo para siempre.

 ¿Cómo podríamos vislumbrar y entender

algo del mundo nuevo de la resurrección para la vida,

sino desde la fe en la persona de Cristo resucitado,

vencedor del pecado y de la muerte?

 El hombre a quien tú amas, Señor, es un ser para la vida.

 Alienta nuestra esperanza e ilumínanos con tu palabra,

para que entendamos que la dicha futura que esperamos

se gesta ya en el compromiso con el mundo presente,

en el amor a ti y a nuestros hermanos los hombres. Amén.