sábado, 21 de enero de 2023

Moniciones Domingo 3º del Tiempo Ordinario - Ciclo A -

 

MONICIÓN DE ENTRADA:

El Domingo tercero del Tiempo Ordinario nos trae la proclamación de Jesús como la gran luz que iluminó una tierra de paganos, tal como nos anuncia el profeta Isaías. Es la profecía sobre el Mesías. Jesús, asimismo, se instala en Cafarnaún e inicia su predicación anunciando la llegada inmediata del Reino de Dios. Además elige a los primeros discípulos. El papa Francisco estableció en 2019 que el tercer domingo del tiempo ordinario se dedique a la celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios. También estamos celebrando la Semana por la unidad de los cristianos.

                                                                                         Dibujo de https://elrincondelasmelli.blogspot.com

Oración de los fieles:

Sacerdote:  En la semana de oración por la unidad de las Iglesias cristianas, nos unimos con los cristianos de todo el mundo, para que Dios Padre nos reúna en una única Iglesia.

1.     Por cuantos creemos en el mismo Jesús y sin embargo vivimos separados: católicos, protestantes, ortodoxos; para que nos demos cuenta de que es más lo que nos une que lo que nos separa, y pronto podamos formar la única Iglesia de Jesús. Roguemos al Señor.

2.     Por quienes participan en las reuniones ecuménicas y en las actividades a favor de la unidad de los cristianos; para que el Espíritu del Señor les ayude en sus decisiones. Roguemos al Señor.

3.     Para que en nuestra comunidad parroquial nos ayudemos a descubrir el mensaje de Jesús y compartamos nuestra fe. Roguemos al Señor.

4.     Para que en todos los pueblos de la tierra especialmente en Ucrania y Rusia se llegue a la armonía y la paz. Roguemos al Señor.

5.     Por quienes estamos participando en la Eucaristía; para que aprendamos a vivir de una manera más humana. Roguemos al Señor.

Sacerdote:  Escucha, Padre, nuestra oración. Por JNS.

 

 ORACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS 

(Tomado de Basilio Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1995)

Padre nuestro del cielo, hoy nuestra plegaria se centra en el deseo de Cristo al pedirte ardientemente la unidad total de cuantos por el ancho mundo creemos en ti.

Solamente tú puedes lograr lo que parece imposible: que los hermanos separados nos unamos en una sola Iglesia, formando un solo rebaño bajo la guía de un solo pastor.

Todos hemos sido bautizados en un mismo Espíritu para constituir un solo cuerpo, el cuerpo eclesial de Cristo.

Ayúdanos a mantener la unidad de la fe con el vínculo de la paz, porque una sola es la meta de la esperanza de la vocación a la que tú nos llamas en Jesucristo nuestro Señor. Amén.


 

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