MONICIÓN DE ENTRADA
Cada domingo los cristianos nos reunimos para celebrar el día del Señor, hacer memoria de su vida; Él no dudó en luchar por la justicia, por hacer el bien a los más desfavorecidos, lo que le llevaría a su Pasión y muerte por los hombres y a ser resucitado por Dios para nuestra salvación.
Por tanto, la celebración de la Eucaristía, fortalece nuestra fe, y es compromiso de solidaridad, de practicar la justicia y de ir a la sociedad, a veces tan triste y desencantada, con un grito de esperanza.
ORACIÓN DE LOS FIELES
SACERDOTE: Roguemos con fe y confianza para que todos los hombres y pueblos sientan la salvación que Jesús ofrece a todos.
1. 1. Por el papa, los obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, para que movidos por el Espíritu Santo continuemos la construcción del reino de Dios y trabajemos por la re-creación del mundo en que vivimos, roguemos al Señor.
2. 2. Por los gobernantes, para que procuren por todos los medios que se realice la paz en el mundo. Roguemos al Señor.
- Por todos los fieles y comunidades cristianas extendidas por todo el mundo, para que sean luz para nuestro tiempo, para que conserven vivas y activas la fe, la esperanza y el amor, y de esta manera trabajen en favor de mayor justicia y fraternidad en nuestro mundo; roguemos al Señor.
4.
Por
tantas personas que viven sin encontrar sentido a sus vidas; se sienten
agobiadas por el peso del mal. Para que tengan a alguien cercano que les ayude
a experimentar la esperanza y la alegría de un horizonte abierto. Roguemos al
Señor.
5. Por todos los que en cualquier parte del mundo invocamos a Jesús como Señor, para que respetando nuestras diferencias, y colaborando los unos con los otros, trabajemos por la unidad de todos los cristianos, para poder proclamar juntos la Salvación en Cristo. Roguemos al Señor.
ORACIÓN: Señor Jesucristo, danos la determinación y el valor para ser luz en medio del camino de tantos que buscan la dignidad y la paz. Envíanos tu Espíritu, Señor, y sé nuestra fortaleza ahora y por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN FINAL
Hoy te bendecimos, Padre, porque Cristo Jesús, tu Hijo, es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo; por él hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.
Él es el cordero pascual de la liberación, que nos restaura a nuestra imagen original, reflejo tuyo y vocación de santidad.
Gracias, Señor, por esto y por la misión que nos confías: ser con Cristo signo y sacramento de tu amor al hombre.
Ayúdanos a mostrar en nuestra conducta de convertidos que Jesús
resucitado ha vencido el pecado en nuestra vida, que hemos adoptado como
nuestros sus criterios y actitudes, y que todo nuestro empeño es que venga a
nosotros tu reino. Amén.
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