(6 de septiembre de 2020)
(Ez 33,7-9; Rom 13,8-10; Mt 18,15-20)
Si tu hermano peca (contra ti), repréndelo estando a solas los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano (Mt 18,15).
ENTRADA
Queridos hermanos. La liturgia de este domingo contempla la recuperación comunitaria del pecador mediante la corrección fraterna. El pecado es una realidad en la comunidad cristiana; pues no es la Iglesia una asamblea de ángeles, seres impecables, sino de hombres y mujeres que, en medio de limitaciones y flaquezas humanas, caminan unidos como hermanos hacia Dios.
Ahora nos disponemos a celebrar la Eucaristía. La presencia de Jesús se nos hará aún más fuerte, primero en la palabra que escucharemos y, segundo, en el Pan y el Vino (convertidos en su cuerpo y su sangre) que recibiremos como alimento de vida eterna.
ORACIÓN DE LOS FIELES.- Como hemos escuchado en el Evangelio, pongámonos de acuerdo para pedir al Señor:
1. Te pedimos por el Papa, por los obispos, los sacerdotes y todos los miembros consagrados de la Iglesia para que, siendo fieles a esa consagración, muestren el amor de Cristo a los hombres. Roguemos al Señor.
2. Por todos los cristianos, llamados a vivir con fidelidad la buena noticia de Jesús. Que sepamos corregir a los hermanos siempre con el espíritu del evangelio. Roguemos al Señor.
3. Por las personas que están pasando por momentos de duda, de cansancio, de desorientación, de vacío humano. Roguemos al Señor.
4. Por todos los fieles, para que se sientan inspirados por el ejemplo de Cristo de ser agentes de amor y servicio a los necesitados durante esta pandemia, roguemos al Señor.
5. Por los que en medio de la prueba de esta pandemia se sienten abatidos, para que descubran la fuerza de Cristo vivo y vean iluminado su camino. Roguemos al Señor.
6. Por los que reaccionan mal ante la corrección fraterna: Para que descubran que son parte de una gran familia, y que deben responder de sus actos ante Dios y ante la comunidad. Roguemos al Señor.
7. Por todos nosotros: Que estemos a la altura de las exigencias de Jesús y sepamos ayudarnos unos a otros en el camino de la conversión. Roguemos al Señor.
Sacerdote: Escucha, Señor,
esta oración que te hemos presentado aquí en la tierra y concédenos lo que
consideres en el cielo. Por JCNS
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Bendito seas, Dios Padre misericordioso y comprensivo,
porque donde dos o tres nos reunimos en nombre de Jesús
allí está él en medio de nosotros acompañándonos con tu Espíritu.
Una vez más, nos reconocemos pecadores ante ti, cada uno
personalmente y todos juntos como comunidad de fe y conversión.
Con la fuerza de tu gracia y de tu amor queremos enmendarnos
y mejorar, caminando juntos como hermanos hacia ti.
Haz, Señor, que nos ayudemos mutuamente en este empeño
mediante la corrección fraterna que brota del amor que nos une.
Danos comprensión, paciencia, tolerancia y talante dialogal
ante los inevitables fallos humanos, propios y ajenos. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario