sábado, 19 de septiembre de 2020

Domingo XXV del Tiempo Ordinario (Ciclo A)

 (20 de septiembre de 2020)

(Is 55,6-9; Flp 1,20c-24.27ª; Mt 20,1-16)

MONICIÓN DE ENTRADA

Sed bienvenidos todos a esta Eucaristía del Domingo. Hoy, Jesús de Nazaret nos enseña mediante la famosa parábola del viñador que la misericordia de Dios está siempre dispuesta a admitir a quien quiera ir a trabajar con Él, a su viña, no teniendo especial mérito si se incorpora antes o después. Todos recibirán la misma paga.

PETICIONES

Sacerdote: Te invocamos Señor, sabiendo que estás cerca, para presentarte estas necesidades del mundo y de la Iglesia.

1.     Por la Iglesia. Por el Papa Francisco. Para que intentemos llevar el mensaje del Señor a todos los pueblos de la tierra. Roguemos al Señor.

2.     Por los que no hacen nada por Dios. Por aquellos que se conforman con estar bautizados. Para que vuelvan al camino de la fe y se comprometan más con el Reino de Dios. Roguemos al Señor.

3.     Por los que en medio de la prueba de esta pandemia se sienten abatidos, para que descubran la fuerza de Cristo vivo y vean iluminado su camino. Roguemos al Señor.

4.     Por quienes no tienen trabajo, o lo ven peligrar, por causa de la pandemia, por los que están enfermos o se sienten solos, para que encuentren en los cristianos ayuda y solidaridad, y por su cercanía conozcan a Cristo y experimenten su salvación. Roguemos al Señor.

5.     Por nosotros. Para que sintamos la Eucaristía de cada domingo como aquella viña en la que el Señor pone su Palabra, nos alimenta y nos protege. Roguemos al Señor.

Sacerdote.: Padre, dueño de la viña, acoge estas plegarias que el pueblo te eleva y no dejes nunca de enviar obreros a tu mies. Por J.N.S.


EXHORTACIÓN FINAL

Hoy, Padre nuestro, oramos con la liturgia eclesial:

Hora de la tarde, / fin de las labores.

Amo de las viñas, / pago los trabajos de tus viñadores.

Al romper el día, / nos apalabraste.

Cuidamos tu viña, / del alba a la tarde.

Ahora que nos pagas, / nos lo das de balde.

Que a jornal de gloria / no hay trabajo grande.

Das al vespertino / lo que al mañanero.

Son tuya las horas / y tuyo el viñedo.

A lo que sembramos / dale crecimiento.

Tú que eres la viña, / cuida los sarmientos. Amén.

 

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