sábado, 23 de enero de 2021

Moniciones Domingo III del Tiempo Ordinario (Ciclo B)

(24 de enero 2021)

Jon 3, 1-5. 10; 1 Cor 7, 29-31; Mt 1, 14-20

ENTRADA:

Este tercer Domingo del Tiempo Ordinario celebramos el Domingo de la Palabra de Dios, al tiempo que llegamos al final del Octavario de oración por la unidad de los cristianos.

En esta Palabra encarnada, en Jesús, el hijo de María y de José, el Mesías Hijo de Dios, reconocemos la verdadera gloria de nuestro Creador. El Señor nos convoca a construir fraternidad, empezando por los hermanos cristianos en sus diversas confesiones. El Señor nos invita a descubrir que somos familia que parte el Pan y comparte la Palabra.

En la Eucaristía recibimos el Pan de Vida que se nos ofrece “tanto en la Palabra de Dios como en el Cuerpo de Cristo”. Que entre todos podamos encontrar caminos nuevos por los que caminar juntos y llevemos hasta los confines de la tierra la Buena Noticia del Reino que Jesús puso en marcha.

 


ORACIÓN DE LOS FIELES.  

Sacerdote: Al Dios que se compadece de quienes sufren y de quienes andan desorientados le dirigimos nuestras peticiones en forma de oración.

1.   Por todos los que en la Iglesia tienen el encargo de anunciar la Palabra de Dios, para que la hagan resonar con fuerza y la compartan con alegría. Roguemos al Señor.

2.   Por los cristianos perseguidos, para que la fortaleza de su fe sea testimonio de la presencia de Dios entre los hombres. Roguemos al Señor.

3.   Por nuestra comunidad cristiana, llamada a vivir de la escucha de la Palabra, para que sepamos crear ambientes adecuados en los que se produzca el diálogo con Dios a través de su Palabra, roguemos al Señor.

4.   Por los que viven en situaciones problemáticas de enfermedad, desempleo, pobreza o soledad para que escuchen la voz de Cristo que les llama a seguirle. Roguemos al Señor.

5.   Por los matrimonios cristianos, para viviendo en la misericordia de Dios, sepan sobrellevar los trastornos de cada jornada. Roguemos al Señor.

 

Sacerdote: Escucha, Padre bueno, estas peticiones que te dirigimos y las que guardamos en nuestro silencio. Atiéndenos, Señor, porque lo necesitamos y porque te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor.

Después de la comunión

(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 313)

Bendito seas, Señor Jesús, porque hoy nos invitas a optar contigo por la espléndida aventura del reino de Dios, Éste es el camino más rápido y directo para la plenitud como personas y para una fecunda mayoría de edad cristiana.

Haz que tu amor desbordante y el momento decisivo que vivimos nos motiven para crecer más y más como personas y cristianos.

 Conviértenos, Señor, a los valores perennes de tu reino: verdad y vida, santidad y gracia, justicia, amor y paz, Y concédenos el espíritu joven del Evangelio para amar más, para empezar la vida cada mañana, para hacer efectiva la plegaria incombustible del padrenuestro: Venga a nosotros tu reino. Amén.


 

 

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