(6 de enero)
(Is 60, 1-6; Ef 3, 2-3ª. 5-6; Mt 1, 1-121)
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Queridos hermanos! ¡Feliz manifestación del Señor! Hoy, y después de haber recibido tantos regalos, en el silencio de la noche, acompañamos a los Reyes Magos en lo que fue grande y valiente en ellos: ¡DEMOS VOZ A ESTA GRAN NOTICIA! ¡DIOS HA NACIDO!
Que nuestras personas, además del incienso, oro y mirra, sean las mejores ofrendas para que el Niño Dios, que no puede caminar; el Niño Dios que no puede hablar o el Niño Dios que todavía no puede expresarse, cuente con colaboradores para que su Reino, su mensaje y su luz lleguen a todos los rincones de la tierra.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Sacerdote: Oremos a Dios nuestro Padre, que nos ha enviado a su Hijo, para que vivamos bajo la guía de su Espíritu.
1. Por la Iglesia, extendida de oriente a occidente; para que, arraigando en todas las culturas, sea signo de salvación para todos los pueblos. Roguemos al Señor.
2. Por las naciones que todavía no han recibido la Buena Nueva de Cristo, para que brille sobre ellas la estrella que conduce a la salvación. Roguemos al Señor.
3. Por todos los que se sienten abatidos, para que descubran la fuerza de Cristo vivo y vean iluminado su camino. Roguemos al Señor.
4. Por la paz en el mundo, para que todos los responsables políticos vivan su labor con responsabilidad y atención al pueblo, promoviendo iniciativas de solidaridad y paz, con el fin de arrancar de nuestra sociedad todo indicio de violencia y guerra. Roguemos al Señor.
5. Por nosotros, aquí reunidos ante el Señor, como los Magos, para ofrecerle el homenaje de nuestra adoración, para que seamos luz de Cristo en medio del mundo. Roguemos al Señor.
Sacerdote: Padre, hoy descubrimos que tu Amor está destinado a todos los hombres, danos esa sensibilidad para atender también nosotros a nuestros hermanos. Por JNS.
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
(Tomado
de B. Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1993)
Es justo bendecirte y darte gracias, Dios Padre nuestro,
Entre otras muchas, por estas cuatro razones fundamentales:
Porque Cristo, tu Hijo y nuestro hermano, plantó su tienda
En nuestro campamento humano, haciéndonos presente tu rostro;
Porque hoy has revelado a Cristo, para luz de los pueblos,
Tu oferta de salvación universal para todos los hombres;
Porque al manifestarse Jesús en nuestra carne mortal
Nos hace partícipes de su inmortalidad bienaventurada;
Y finalmente porque así has elevado y dignificado tanto
Nuestra naturaleza que nos concedes tu filiación adoptiva.
Por todo ello y por tantos detalles, ¡gracias, Señor!
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario