(3 de enero de 2021)
(Eclo 24,1-4.12-16; Ef 1,3-6.15-18; Jn 1,1-18)
MONICIÓN DE ENTRADA
Sed todos bienvenidos a la Eucaristía. Este domingo es un eco de la fiesta de la Navidad. Y lo es porque nuestro ánimo, en la proximidad de la Epifanía debe estar dispuesto a sumergirse en el sublime misterio de un Dios hecho hombre, de un Dios que se hace niño en Belén, para salvar al mundo. Celebremos esta eucaristía con idéntico júbilo al que desplegamos el día de Navidad. ¡El Señor ha venido y acampa entre nosotros!
ORACIÓN DE LOS FIELES
Sacerdote: Acudimos a Dios confiados en que siempre nos escucha para presentarle las necesidades que vemos y para comprometernos en superarlas.
1. Por la Iglesia. Para que trabaje constantemente por acercar el nombre, la vida y el mensaje de Jesucristo a todos los pueblos de la tierra. Roguemos al Señor.
2. Por todos los que estamos celebrando esta Navidad. Para que nos tomemos más en serio la escucha, la meditación y la práctica de la Palabra del Señor. Roguemos al Señor.
3. Por los que en medio de la prueba de esta pandemia se sienten abatidos, para que descubran la fuerza de Cristo vivo y vean iluminado su camino. Roguemos al Señor.
4. Por quienes no tienen trabajo, o lo ven peligrar, por causa de la pandemia. Roguemos al Señor.
5. Por los que están enfermos o se sienten solos, para que encuentren en los cristianos ayuda y solidaridad. Roguemos al Señor.
6. Para que en este nuevo año recién comenzado estemos contentos de ser cristianos. Roguemos al Señor.
Sacerdote: Padre, bendice a tu pueblo y concédenos todo aquello, que confiados en tu generosidad, te hemos pedido. Por Jesucristo nuestro Señor.
EXHORTACIÓN FINAL:
Tomado de B. Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1995, p. 36)
Te bendecimos, Padre nuestro, Dios la gratuidad,
porque la vigilante espera del adviento ha hecho florecer
la ansiada rosa de invierno: Hoy nos ha nacido el salvador.
Gracias a Cristo Jesús somos “nueva creación” de tus manos.
Por eso recordamos como programa de vida cristiana
la apremiante exhortación del papa León Magno:
"Reconoce, cristiano, tu dignidad de hombre e hijo de Dios,
Partícipe ya de la naturaleza divina, no vuelva a la vileza.
Piensa de qué Cabeza y de qué Cuerpo eres miembro.
No olvides que fuiste liberado del poder de las tinieblas
y trasladado a la luz del reino de Dios por Cristo Jesús". Amén.
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