Moniciones Ascensión del Señor - Ciclo B -

(Hch 1,1-11; Ef 1,17-23; Mc 16,15-20)

 Monición de entrada

 Celebramos la Eucaristía en el domingo de la Ascensión del Señor al Cielo. Esta fiesta, es en realidad, la reafirmación de que Jesús ha sido resucitado por Dios. Antes de su partida al cielo nos deja un mensaje fundamental para todo creyente: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación”.

El Evangelio no se puede quedar en el interior de la Iglesia, tiene que salir para alcanzar al «mundo entero» y llevar la Buena Noticia a todas las gentes. Dios no está bloqueado por ninguna crisis.

 ORACIÓN UNIVERSAL

Sacerdote: Unidos a Jesús, pidamos al Padre que envíe su Espíritu y nos renueve. 

 

1.     Por la Iglesia para que realice con dignidad su misión de anunciar el Evangelio a todos los hombres. Roguemos al Señor.

2.     Por el Papa Francisco, los obispos, los sacerdotes y misioneros: para que vivan siempre con alegría y humildad el envío hacia las gentes, recibido del Señor. Roguemos al Señor.

3.     Por los que gobiernan las naciones para que siembren la paz y la armonía entre todos los pueblos. Roguemos al Señor.

4.     Para que la paz y la justicia en el mundo, se vaya haciendo realidad; recordamos también a quienes sufren la guerra, el hambre, y a quienes no encuentran sentido a su vida. Roguemos al Señor.

5.     Por todos nosotros, para que no tengamos miedo a dar testimonio de nuestra fe y seamos portadores del mensaje salvador de Cristo. Roguemos al Señor.

DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993)

 Hoy nuestro corazón salta de júbilo, Dios Padre nuestro,

Por la glorificación de tu Hijo y nuestro hermano, Cristo Jesús.

Él vive, Él es el Señor con pleno poder en cielo y tierra.

En verdad, ¡suyo es el reino, el poder y la gloria por siempre!

Danos, Señor, espíritu de sabiduría para conocerlo.

Ilumina los ojos de nuestro corazón para que comprendamos

Cuál es la esperanza a la que nos llama en Cristo Resucitado

Y cuál la riqueza de gloria que tú das a tus elegidos.

Mientras tanto, queremos cumplir la tarea que Él nos confió:

Anunciar a todos la buena nueva de tu amor y de tu salvación.

Danos la luz y la fuerza de tu Espíritu para esta misión. Amén.