Números 11,25-29 ; Santiago 5,1-6; Marcos 9,38-43.45.47-48
MONICIÓN DE ENTRADA
En el domingo, Día del Señor, nos reunimos, hermanos, para celebrar la Santa Eucaristía, correspondiente al vigésimo sexto domingo del tiempo ordinario.
Hoy la palabra nos anima a introducirnos en los misterios insondables del Espíritu Santo, que obra de maneras a veces inesperadas y sorprendentes.
Seducidos por ese Espíritu, nos animamos unos a otros para celebrar con mucho entusiasmo estos misterios. Bienvenidos.
ORACIÓN DE LOS FIELES.
Sacerdote: Al Señor, fuente de toda verdad, pedimos que escuche estas súplicas, que con gran confianza hacemos llegar hasta Él.
1. - Por la Iglesia, comunidad de bautizados en la fe de Cristo; para que nuestras obras hagan creíble el mensaje del evangelio. Roguemos al Señor.
2.- Por el Papa Francisco y por todos los obispos, sacerdotes y religiosos y religiosas, para que el Señor conceda muchos frutos a consagrados y laicos, Roguemos al Señor.
3. - Por los pobres, portadores de salvación; para que encuentren siempre esa mano tendida y esa ayuda oportuna. Roguemos al Señor.
4. - Por todos los que sirven a la comunidad desde la fe, la gratuidad y el amor; para que encuentren comprensión y ayuda de todos los creyentes. Roguemos al Señor.
5. - Por todos los que nos hemos reunido para celebrar la Eucaristía; para que nuestra fe acompañada de obras grite a todos, cuando salgamos, nuestra opción por el Señor. Roguemos al Señor.
Sacerdote: Dios de misericordia, escucha estas súplicas que humildemente te confiamos, Por Jesucristo Nuestro Señor.
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:
Hoy te bendecimos alegres, Padre de todos los hombres,
porque tú no eres monopolio ni posesión privada de nadie.
Por la actitud abierta y tolerante de Jesús entendemos
que todo el que está por la verdad, la justicia, el bien y la paz
está a favor nuestro, está por Cristo, su evangelio y su causa.
Líbranos, Señor, de todo sectarismo, intransigencia, desamor
y mezquina estrechez de espíritu frente a nuestros hermanos;
y haz de nuestro grupo una comunidad de puertas abiertas
a todos cuantos te buscan con honradez, lealtad y ánimo sincero.
Convierte nuestro corazón a un amor que no discrimina a nadie,
para compartir tu palabra y tu pan con todos los hombres. Amén.
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