sábado, 25 de septiembre de 2021

Moniciones del Domingo 26 del Tiempo Ordinario - Ciclo B -

Números 11,25-29 ; Santiago 5,1-6; Marcos 9,38-43.45.47-48

MONICIÓN DE ENTRADA

En el domingo, Día del Señor, nos reunimos, hermanos, para celebrar la Santa Eucaristía, correspondiente al vigésimo sexto domingo del tiempo ordinario.

Hoy la palabra nos anima a introducirnos en los misterios insondables del Espíritu Santo, que obra de maneras a veces inesperadas y sorprendentes.

Seducidos por ese Espíritu, nos animamos unos a otros para celebrar con mucho entusiasmo estos misterios. Bienvenidos.


ORACIÓN DE LOS FIELES.

Sacerdote: Al Señor, fuente de toda verdad, pedimos que escuche estas súplicas, que con gran confianza hacemos llegar hasta Él.

1. - Por la Iglesia, comunidad de bautizados en la fe de Cristo; para que nuestras obras hagan creíble el mensaje del evangelio. Roguemos al Señor.

2.- Por el Papa Francisco y por todos los obispos, sacerdotes y religiosos y religiosas, para que el Señor conceda muchos frutos a consagrados y laicos, Roguemos al Señor.

3. - Por los pobres, portadores de salvación; para que encuentren siempre esa mano tendida y esa ayuda oportuna. Roguemos al Señor.

4. - Por todos los que sirven a la comunidad desde la fe, la gratuidad y el amor; para que encuentren comprensión y ayuda de todos los creyentes. Roguemos al Señor.

5. - Por todos los que nos hemos reunido para celebrar la Eucaristía; para que nuestra fe acompañada de obras grite a todos, cuando salgamos, nuestra opción por el Señor. Roguemos al Señor.

Sacerdote: Dios de misericordia, escucha estas súplicas que humildemente te confiamos, Por Jesucristo Nuestro Señor.


 
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Hoy te bendecimos alegres, Padre de todos los hombres,

porque tú no eres monopolio ni posesión privada de nadie.

Por la actitud abierta y tolerante de Jesús entendemos

que todo el que está por la verdad, la justicia, el bien y la paz

está a favor nuestro, está por Cristo, su evangelio y su causa.

 

Líbranos, Señor, de todo sectarismo, intransigencia, desamor

y mezquina estrechez de espíritu frente a nuestros hermanos;

y haz de nuestro grupo una comunidad de puertas abiertas

a todos cuantos te buscan con honradez, lealtad y ánimo sincero.

Convierte nuestro corazón a un amor que no discrimina a nadie,

para compartir tu palabra y tu pan con todos los hombres. Amén.


 

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