(22 de mayo de 2022)
ENTRADA:
Queridos hermanos: Jesús hoy nos habla de amor. Del suyo y del que el Padre nos profesa. Nosotros hemos de responder con el mismo amor surgido de lo más hondo de nuestro ser.
Jesús que sabe muy bien lo que hay en el corazón de todos nosotros. Y vuelve de nuevo resucitado, para decirnos: “que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde”.
Celebramos hoy, además, la Pascua del Enfermo. Vamos a vivir la Eucaristía junto a ellos, junto a esas personas mayores o enfermas que tanto nos necesitan. Nuestro amor y nuestras oraciones van por ellos.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Sacerdote: Al Padre que envía el Espíritu Santo a través de Cristo, elevamos nuestros ojos pidiéndole que atienda estas necesidades que ahora le presentamos:
1.- Por nuestro Papa Francisco y los Obispos: para que sigan siendo discípulos misioneros, sacramentos del ministerio pastoral del Señor Jesús, Buen Pastor. Roguemos al Señor.
3.- Por nuestro mundo, para que se libre del odio y del egoísmo. Por los pobres, necesitados, los que han perdido el hogar o han tenido que emigrar, para que Dios ponga en su camino almas generosas que atiendan sus necesidades. Roguemos al Señor.
4.- Por todos los enfermos, y en especial los de larga duración y todas aquellas personas que los atienden, para que vean en esos momentos cómo el camino que llevan conduce hacia Cristo. Roguemos al Señor.
5. Para que los jóvenes, con la ayuda del Espíritu, puedan descubrir la llamada del Señor y surjan en nuestras comunidad vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Roguemos al Señor.
6.- Por todas las familias de nuestra comunidad parroquial: para que eduquen cristianamente a sus hijos en la fe y los preparen a la vida en la responsabilidad, el sacrificio y la generosidad, en el servir y el compartir. Roguemos al Señor.
7.- Por nuestros familiares y amigos difuntos, para que vivan en comunión con Dios Padre por toda y eternidad, gozando de su amor. Roguemos al Señor.
Sacerdote: Padre, te pedimos que atendiendo estas necesidades hagas crecer tu Paz en nuestros corazones y el amor en nuestras actividades.
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
(Tomado de B. Caballero: La Palabra domingo a domingo, San Pablo, Madrid).
Te bendecimos y te damos gracias, Dios uno y trino, porque haces comunión y moras personalmente en los que te aman. Tú que eres amor y la fuente inagotable del mismo, haz que guardemos los mandatos de Cristo para mantenernos en su amistad mediante el amor y la obediencia de la fe.
Gracias también porque Cristo, selló con su sangre una nueva alianza en el Espíritu, anulando las viejas mediaciones e inaugurando una nueva religión en espíritu y en verdad.
Desde entonces él es nuestra paz y bendición definitivas.
Colma, Señor, nuestra larga espera y hambre de ti y haz de nosotros tu lugar de morada para siempre. Amén.
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