(15 de mayo de 2022)
(Hch 14,21b-27; Sal 144; Ap 21,1-5ª; Jn 13, 31-33ª.34-35)
MONICIÓN DE ENTRADA:
Hermanos, un domingo más, nos hemos reunido para vivir la presencia de Jesucristo entre nosotros.
Hoy, nos va a recordar cual es el mandamiento más importante para un discípulo suyo: “Que nos amemos unos a otros como Él nos ha amado”.
Nosotros debemos esforzamos por ser signo de su amor en nuestra sociedad, no por obligación, sino como algo que brota de un corazón grande que siente a los demás como parte de sí mismo.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
1. - Por la Iglesia insertada en un amplio abanico de pluralidades y exigencias; para que sea capaz, con su entrega, de mostrar al mundo cual es el auténtico amor, amando como Jesús amó.
OREMOS.
2. - Por el Papa Francisco, transmisor del verdadero rostro de Cristo en el mundo; para que el Señor le infunda su fuerza, y le dé su gracia para que siga llevando a todos el amor, la misericordia y la bondad del Padre.
OREMOS
3. - Por todas las personas víctimas de la violencia, por terrorismo, malos tratos, daños psicológicos, discriminación y marginación; para que el Señor ponga en su corazón amor y perdón a fin de que no paguen a sus agresores del mismo modo.
OREMOS
4. - Por los esposos, los hijos, los hermanos, que han roto los lazos del amor por malos entendidos; para que el amor de Cristo les devuelva el auténtico amor basado en el diálogo, la confianza, y el perdón.
OREMOS
6. - Por todos los que estamos compartiendo esta Eucaristía; para que caigamos en la cuenta de que no podemos acercarnos a recibir a Cristo si antes no amamos de verdad, no perdonamos de verdad, no ayudamos de verdad- OREMOS
7. - Para que cesen las guerras del mundo y podamos vivir en paz- OREMOS
8. - Por los niños y niñas que dentro de unos días celebrarán su primera comunión -OREMOS
ORACION DE ACCION DE GRACIAS
Señor Jesús, que al despedirte de tus discípulos dijiste:
“Amaos como yo os he amado; así os reconocerán como de los míos”,
perdona nuestra falta de seriedad. Te dejamos mal muchas veces,
porque no nos amamos unos a otros como tú mandaste en la cena.
Después de tantos años de cristianismo todavía no hemos aprendido
la lección. Suspenso anual durante siglos y siglos.
Cambia, Señor, nuestro corazón de piedra por otro de carne.
Transvasa tu Espíritu de amor a nuestro interior anquilosado.
Y cuando hayamos desterrado por completo de nuestro estilo
el egoísmo, la soberbia, el desdén, la frialdad y la revancha,
entonces los demás nos reconocerán como tus discípulos.
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