sábado, 9 de julio de 2022

Moniciones del Domingo 15 del Tiempo Ordinario - Ciclo C -

                                                             (10 de julio de 2022)

MONICIÓN DE ENTRADA

Bienvenidos, queridos hermanos a esta Eucaristía.

La Palabra de Dios que hoy vamos a escuchar en la Eucaristía que celebramos, la hemos oído con frecuencia.

Estamos muy acostumbrados a decir y oír que el mandamiento principal, y único, de Dios es "amar a todos como a nosotros mismos". Acaso por tenerlo tan oído, nos olvidamos de cumplirlo.

Por ello, el Señor nos lo recuerda hoy, una vez más, de modo claro y tajante.

 

(Imagen tomada de DABAR, nº 40, año XLVIII)

 Oración de los fieles

Sacerdote: Pidamos a Dios Padre su apoyo, su gran amor, y que atienda nuestras súplicas por las necesidades de todo el género humano:

 

1. – Por el Papa, los obispos y sacerdotes para que vean a Cristo como el único maestro y así nos lo muestren.  ROGUEMOS AL SEÑOR.

 

2. – Por los que rigen las naciones, para que busquen la paz y para que atiendan a sus pueblos como aquel samaritano. ROGUEMOS AL SEÑOR.

 

3. – Por todos los enfermos y necesitados, para que nunca se sientan desatendidos y siempre haya personas dispuestas a ayudarles. ROGUEMOS AL SEÑOR.

 

4. – Por aquellos que por vacaciones o motivos de trabajo se ponen en camino, para que éste discurra tranquilo y lleguen sin problemas a su destino. ROGUEMOS AL SEÑOR.

 

5. – Por todos nosotros para que ante cualquier circunstancia de la vida, el Señor nos inspire los mismos sentimientos que al buen samaritano. ROGUEMOS AL SEÑOR.

 

Sacerdote: Padre acompaña nuestro caminar y atiende nuestra súplicas igual que aquel samaritano atendió a aquel hombre. Te lo pedimos por medio de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

ORACION DE ACCION DE GRACIAS

(Tomado de B. Caballero: La Palabra domingo a domingo, San Pablo, Madrid).

Gracias, Padre, porque en Cristo, el buen samaritano, sales siempre al encuentro del hombre maltrecho y caído.

Tú no nos dejas nunca solos en las lágrimas y en la noche, sino que nos recoges en el hogar de tus manos de padre. Con su ejemplo nos enseñó Jesús a no pasar de largo, ignorando al hermano necesitado que encontramos en la ruta.

Concédenos, Señor, imitar tu compasión y tu misericordia, para que, portándonos como prójimos de todo hombre y mujer que nos acompaña en la común travesía del desierto de la vida, nos entreguemos a la apasionante tarea de amar a los hermanos.

Así el amor será nuestra vida y nuestra identificación. Amén.


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