Moniciones Domingo 17 del Tiempo Ordinario - Ciclo C -

 

MONICIÓN DE ENTRADA

Siempre que nos reunimos para celebrar la Eucaristía, lo hacemos trayendo nuestra vida, con alegrías, esperanzas, y también tristezas y sufrimientos.

Todo lo que forma parte de nuestra vida diaria lo ponemos sobre la mesa del Señor, para que El nos ilumine, nos guíe por el camino de la esperanza y nos ayude para seguir viviendo según el evangelio. 

 

ORACIÓN DE LOS FIELES

 

Sacerdote: Pedid y se os dará, porque quien pide recibe, nos ha dicho el Señor. Le presentamos las necesidades que tiene este mundo sin cansarnos.

1.- Por quienes somos parte de la Iglesia, a la que Jesús ha encargado la tarea de orar por todas las personas, haciendo nuestras sus necesidades, preocupaciones y sufrimientos. Roguemos al Señor. 

2.- Por quienes rigen los Gobiernos del mundo y por aquellos que trabajan en los organismos internacionales, para que el Espíritu Santo los ilumine con propuestas de paz y concordia. Roguemos al Señor.

3.- Por los enfermos, los ancianos, los que no tienen medios para disfrutar de unos días de descanso; para que, de alguna manera, estemos cerca de ellos y no se sientan solos. Roguemos al Señor.

4.- Por todos nosotros, para que acudamos a Dios con la confianza de quien sabe que va a ser escuchado, que le van a dar y que le van a abrir. Roguemos al Señor.

Sacerdote: Recibe, Padre, la oración de tus hijos, que llaman a tu puerta. No tardes en abrirles y dales con abundancia lo que te piden con fe. Por JNS.

 

ORACION DE ACCION DE GRACIAS

(Tomado de B. Caballero: La Palabra Cada Domingo, San Pablo, España, 1993)

Te bendecimos, Padre, por la asombrosa revelación de Jesús: Tú eres nuestro padre del cielo que nos amas como a hijos.

Por eso, con todo el ardor de nuestro corazón, te pedimos que tu reino llegue a nosotros a impulsos de tu Espíritu, de suerte que nuestras vidas pequeñas se inunden de tu amor.

Deseamos también que tu nombre sea bendecido en todas partes y que toda nuestra vida y conducta se ajusten a tu voluntad.

Danos, Señor, cada día el pan de la vida temporal y eterna, de suerte que nuestra espera se vea cumplida en tus manos.

Y manténnos firmes en las tentaciones contra la fe y el amor, para que no sucumbamos a la infidelidad y al mal. Amén.