(14 de agosto de 2022)
MONICIÓN DE ENTRADA
Sed todos bienvenidos a la asamblea de hermanos que se aman. Hoy vamos a escuchar en la Palabra de Dios que la verdad produce división. El profeta Jeremías ya iba a experimentar el efecto de lo peligroso que es defender la verdad. La división anunciada por Jesús es de la misma naturaleza que la que sufrió Jeremías. Nos va a llamar mucho la atención hoy que el Príncipe de la Paz, que es Jesús de Nazaret, nos anuncie que va ser causa de división y que quiere prender fuego al mundo. Nosotros también hemos de luchar, contra viento y marea, por la verdad de Jesús, aunque a muchos, cerca de nosotros, no les guste. Pero hemos de llevar esa verdad hasta los confines del mundo para que triunfe la paz y el amor.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Sacerdote: La contradicción y la división que anuncia Cristo, se vuelve interna con el azote del pecado. Pidamos al Padre que, como aconseja la segunda lectura, tengamos los ojos fijos en Cristo.
1.- Por el Papa Francisco, los obispos y sacerdotes para que mirando y señalando a Cristo nos lo hagan visible a todos los que lo buscamos con inquietud. OREMOS
2.- Por todos dirigentes de las naciones, los que imparten justicia y los que ostentan el poder económico para que no olviden a los que más sufren y consigan con prontitud la paz. OREMOS
3.- Por los que luchan contra la enfermedad, la soledad, el desarraigo, la opresión, para que descubran abrazados a la cruz de Cristo la tabla que les hará sobrevivir hacia la Resurrección. OREMOS
4.- Por las familias, para que a pesar de las divisiones que plantea el mundo, sean capaces de acoger el Amor de Cristo, verdadera unión eterna. OREMOS
5.- Por todos los que hemos visto a Cristo hecho pan y nos hemos alimentado con su palabra y su Cuerpo, para que seamos valientes ante las vicisitudes de la vida confiando en la Resurrección. OREMOS
Sacerdote: Padre, haz que descubramos en tu Hijo, la clave para llegar a sintonizar con tu voluntad y así ser fieles a ti en nuestro caminar. Por JCNS. Amén.
EXHORTACIÓN FINAL:
(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1995)
Te proclamamos santo, Dios Padre, fortaleza de los débiles, porque Jesús vino a prender fuego en la tierra, mostrándonos en el bautismo de su pasión gloriosa el arduo camino que lleva a la vida y a la conquista de la paz verdadera, fruto de una opción responsable por el reino de Dios.
Concédenos, Señor, ser dignos discípulos de Cristo Jesús, sin abandonar nunca la ruta del seguimiento que él nos mostró.
Para eso, purifícanos, Señor, con el fuego de tu Espíritu y ayúdanos a hacer nuestros los criterios y actitudes de Cristo, a fin de liberarnos de nosotros mismos y seguirlo en la libertad que dan el amor generoso y la fidelidad cotidiana. Amén.
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