(1 de enero de 2023)
Monición inicial
Queridos hermanos: Feliz año nuevo 2023. Nuestro saludo, en el primer día del año, expresa el deseo de que Dios nos bendiga en este nuevo camino de la vida que hoy iniciamos.
Como cristianos comenzamos el año de la mano de María, nuestra madre, celebrando la solemnidad de María Madre de Dios. Que ella nos acompañe todos los días de este año.
Si hay un deseo que no debe faltar hoy en nuestra primera eucaristía del año, debe ser pedir al Señor que nos conceda el don de la paz. Por ello, la iglesia nos propone celebrar hoy la Jornada por la Paz animándonos a que sea tarea y compromiso de todos para nuestro mundo.
Oración universal
Oremos, al Señor para que en su misericordia recoja nuestras necesidades en este primer día del año.
1.- Por la Iglesia, por el Papa Francisco, para que fortalezcan la iglesia, universal y local, a lo largo de este año, con su vida y su palabra. Roguemos al Señor.
2.- Por el eterno descanso del papa emérito, Benedicto XVI, y para que conservemos viva memoria de sus grandes enseñanzas. Roguemos al Señor.
3.- Por la paz en todo el mundo, es especial en Ucrania, y por aquellos países que se ven envueltos en conflictos bélicos: para que cese la violencia y encuentren caminos de diálogo que lleven a la paz. Roguemos al Señor.
4.- Por los que sufren la enfermedad, el abandono, la tristeza, la falta de afecto: para que con la ayuda del Señor sepan afrontar las pruebas con la certeza de superarlas. Roguemos al Señor.
5.- Por nuestra comunidad parroquial: para que este año que hoy comenzamos, nos acoja y cobije a todos y sea un año próspero lleno de buenos frutos. Roguemos al Señor.
6.- Por todos nosotros, por nuestras familias, amigos y conocidos: para que con la ayuda de Santa María, hagamos el propósito de vivir la fe con alegría. Roguemos al Señor.
Señor, que santificas nuestra historia con tu presencia salvadora, concédenos la paz y la bendición en este año que nos regalas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Acción de gracias
(Tomado de Basilio Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1995)
¿Cómo podremos, Señor Jesús, agradecerte como tú te mereces,
por Santa María la Virgen, tu madre bendita y madre nuestra,
y proclamarla también dichosa a ella por generaciones sin fin,
sino con el piropo evangélico de aquella mujer del pueblo:
Bendito el vientre que te llevó y los pechos que te criaron?
En verdad, su gloria ennoblece a todo el género humano.
Tú que nos diste a María como modelo de mujer creyente,
como ejemplo de discípula tuya, como madre de la Iglesia
y como imagen esplendorosa de la misma en su plenitud final,
concédenos caminar como ella en la fe y en tu seguimiento,
respondiendo fielmente al sí de las promesas cumplidas. Amén.