Moniciones Natividad del Señor

 25 de diciembre 2022

Monición de entrada:

¡Feliz Navidad, hermanos y hermanas en Cristo!

Hoy es un día lleno de alegría; es el día en que llega la salvación a la humanidad. Como cristianos celebramos que la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Con la alegría y esperanza que nos trae este gran acontecimiento nos disponemos a comenzar esta gran fiesta, con la Eucaristía.

Oración de los Fieles:

A cada intención responderemos: “Quédate con nosotros, Señor”

1.      Por la Iglesia, para que anuncie sin cesar que Jesús trae la salvación al mundo. Oremos. Quédate con nosotros, Señor.

2.      Por el Papa, los obispos, sacerdotes y religiosos, para que anuncien con valentía la Buena Nueva y lo hagan con el ejemplo de sus vidas. Oremos. Quédate con nosotros, Señor.

3.      Por la paz de todo el mundo: para que cesen las ambiciones, desaparezcan las injusticias y enemistades y brote por todas partes el amor y la paz. Oremos. Quédate con nosotros, Señor.

4.      Por los judíos, los primeros que vieron a Jesús, y aún esperan un salvador, para que puedan creer en Cristo y lo acepten como su Dios. Oremos. Quédate con nosotros, Señor.

5.      Por las familias y nuestra comunidad, para que puedan utilizar esta época de Navidad como tiempo de perdón y reconciliación. Oremos. Quédate con nosotros, Señor.

6.      Para que aprendamos a recibir a Cristo y compartir nuestros bienes con los más pobres. Oremos. Quédate con nosotros, Señor.

7.      Por todos los aquí presentes, para que podamos vivir nuestra fe y la podamos proclamar. Oremos. Quédate con nosotros, Señor

Exhortación Final

(Tomado de Basilio Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1995)

 Te bendecimos, Padre nuestro, Dios la gratuidad,

porque la vigilante espera del adviento ha hecho florecer

la ansiada rosa de invierno: Hoy nos ha nacido el salvador.

Gracias a Cristo Jesús somos “nueva creación” de tus manos.

Por eso recordamos como programa de vida cristiana

la apremiante exhortación del papa León Magno:

 

Reconoce, cristiano, tu dignidad de hombre e hijo de Dios,

Partícipe ya de la naturaleza divina, no vuelva a la vileza.

Piensa de qué Cabeza y de qué Cuerpo eres miembro.

No olvides que fuiste liberado del poder de las tinieblas

y trasladado a la luz del reino de Dios por Cristo Jesús. Amén.