(4 de diciembre de 2022)
(Is 11,1-10; Sal 71; Rom 15,4-9; Mt 3,1-12)
Entrada
El segundo domingo de adviento, nos sigue preparando a la venida del Señor.
Dios que quiere venir hasta nosotros, se encuentra con muchos obstáculos para nacer.
Hoy vamos a contemplar a Juan Bautista. El nos alerta y nos invita con Isaías a reparar y convertir lo que haga falta para que, cuando venga el Señor, nos encuentre puestos al día en espíritu y vida.
Intentemos cambiar a mejor.
Corona Adviento
Ahora, hermanos, encendemos la segunda vela de esta corona de Adviento, unidos en una misma esperanza, pidamos al Señor que su salvación llegue a nosotros y al mundo entero.
¡Ven Señor Jesús! ¡Ven pronto a salvarnos!
Para los que viven en tribulación...
Para los que no tienen esperanzas...
Para los que se han quedado sin aliento...
¡Ven Señor Jesús! ¡Ven pronto a salvarnos!
ORACIÓN DE LOS FIELES
Sacerdote: Más unidos que nunca, Dios Padre de todos, esperamos la llegada de tu Hijo Unigénito que Juan Bautista nos anuncia. Y en esa espera llena de gozo le pedimos a tu Hijo que venga ya.
1.- Por el Papa, los obispos, los sacerdotes, para que como San Juan no dejen de invitar a todos los hombres a la conversión. Roguemos al Señor. – TE ROGAMOS, ÓYENOS.
2.- Por los gobernantes y dirigentes políticos y económicos, para que sean inspirados por el Espíritu de Dios, para que defiendan con justicia al desamparado. Roguemos al Señor. – TE ROGAMOS, ÓYENOS.
3.- Por aquellos que aún no han recibido el mensaje de Cristo, para que en este adviento les llegue la buena noticia del Reino. Roguemos al Señor. – TE ROGAMOS, ÓYENOS.
4.- Por los que viven solos y desamparados, por los que viven lejos de sus hogares o aquellos que sufren el aislamiento en su vida, para que las palabras de vida eterna lleguen a aliviar sus corazones. Roguemos al Señor. – TE ROGAMOS, ÓYENOS.
5.- Por los niños y los jóvenes para que preparen sus corazones en este tiempo de Adviento para acoger al Niño que nos nace. Roguemos al Señor. – TE ROGAMOS, ÓYENOS.
6.- Por todos nosotros, para que la celebración de este Adviento, nos lleve a una más vida más acorde con el Evangelio. Roguemos al Señor. – TE ROGAMOS, ÓYENOS.
Sacerdote: Dios Padre Nuestro, concédenos esto que te pedimos con amor y humildad, con fe y arrepentimiento, con esperanza y deseos de cambiar. Por JNS.
ACCIÓN DE GRACIAS
(Tomado de Basilio Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1995)
Señor, en este domingo de adviento nos reconocemos pobres, miserables y pecadores ante ti y ante los hermanos. Nos creemos los mejores, nos vemos superiores a los demás, contabilizamos nuestros méritos, vivimos autosatisfechos y decimos estar ya convertidos del todo. ¡Cuánta mentira!
Ábrenos los ojos, Señor, para que nos veamos como somos: egoístas, cobardes, rebosantes de complejos y apatía, repelentes de soberbia y envidia, insolidarios, falsos, injustos, agresivos, perezosos, materialistas y sensuales.
Conviértenos, Señor, de tanta hipocresía estúpida a una sensatez humilde, para dar frutos de conversión. Amén.
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