sábado, 3 de julio de 2021

Moniciones domingo decimocuarto Tiempo Ordinario (ciclo B)

(Ez 2,2-5; 2 Cor 12,7b-10; Mc 6,1 – 6)

 Monición de entrada.

 Bienvenidos, hermanos.

Nos hemos reunido en torno a la mesa en el día del Señor para escuchar su Palabra que

orienta nuestro camino, y comer su pan que nos fortalece.

Hoy, XIV domingo del tiempo ordinario, celebramos la Jornada de Responsabilidad en

el Tráfico, en pleno éxodo de las vacaciones de verano y a las puertas de la fiesta de san

Cristóbal, patrono de conductores y transportistas.

«YO SOY EL CAMINO Y LA VERDAD Y LA VIDA» (Jn 14,6) es el lema de la 56.ª Jornada Nacional de Responsabilidad en el Tráfico que nos propone la pastoral de la carretera.

Hoy queremos tener muy presentes en esta eucaristía a nuestros hermanos conductores

y transportistas, y agradecerles los buenos servicios que prestan en bien de la sociedad.

Ponemos a todos los conductores en las manos del Señor: Camino, Verdad y Vida, y le

pedimos que cada día lleguen felizmente a su destino.

Oración de los fieles

 Sacerdote: Escucha, Padre, nuestra oración, que quiere ser una respuesta confiada a tu Palabra.

1.     Para que la Iglesia anuncie con fidelidad todo el Evangelio y sea signo de esperanza para el mundo de hoy, Roguemos al Señor.

 
2.     Por todos los conductores que hoy, en la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico, celebran a su patrón san Cristóbal; para que, como él, sean buenos samaritanos en la carretera y les guíe siempre la prudencia y la caridad. Roguemos al Señor. 

 
3.     Por todas las personas que en estos días de verano salen gozosos de vacaciones, para que el aprecio por la vida, propia y ajena, les ayude a ser responsables en la conducción y buenos samaritanos para todos. Roguemos al Señor

4    Por todos los que han sufrido algún accidente grave de tráfico, y por sus familias, para que Dios les ayude a sobrellevar su situación y les conceda una pronta y total recuperación. Roguemos al Señor.

5.     Por el eterno descanso de todos nuestros hermanos difuntos, principalmente los fallecidos en un siniestro vial, para que el Señor, Padre misericordioso y bueno, les conceda la entrada en su reino, y a sus familiares consuelo y la esperanza de encontrarlos en el cielo. Roguemos al Señor.

Sacerdote:  Señor, Dios nuestro, haznos dóciles a tu Palabra y escucha nuestras súplicas.

Exhortación final

Hoy nuestra plegaria, Señor, es súplica de perdón

porque Cristo vino a los de su casa, y no lo hemos recibido,

porque hemos confinado tu palabra a nuestros cálculos y rutina,

porque la dejamos apagarse en las cenizas del miedo silencioso,

porque te encerramos, Dios vivo, en nombres vacíos de alma,

porque no nos dejamos sorprender por la novedad de tu Espíritu

de tu misericordia, de tus profetas, del clamor de los pobres,

del Cristo que sufre en el gemido de los sin voz ni derechos.

Perdónanos, Señor, porque sabemos muy bien lo que hacemos,

Y cámbianos este corazón de piedra por otro de carne, capaz

De sentir con los demás y de amarte a ti y a los hermanos.  Amén

(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1993, p. 346)

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