(16 de enero de 2022)
(Is 62, 1-5; Sal 95; 1 Cor 12, 4-11; Jn 2,1-11)
(También se puede descargar la liturgia de la Infancia Misionera: Infancia misionera)
MONICION DE ENTRADA.
Queridos hermanos: La liturgia de hoy nos relata las bodas de Caná. El sentido profundo de los gestos que hace Jesús, es lo realmente importante, no tanto las acciones extraordinarias.
María, la madre de Jesús, nos da una gran lección en este relato, primero su preocupación por las necesidades ajenas; segundo, la importancia de escuchar la Palabra de Jesús y hacer lo que él nos dice.
Que la celebración de esta Eucaristía nos ilumine para comprender el signo de Jesús y su mensaje.
Giotto. Las bodas de Caná. Capilla de los Scrovegni, Padua (Italia)
Oración de los fieles:
Sacerdote: Del mismo modo que María, en las bodas de Caná, observa la necesidad de aquella gente y se lo cuenta a Jesús, nosotros nos dirigimos con confianza al Padre para pedir por las necesidades de todos.
1. Pedimos por la Iglesia, que es nuestra gran familia cristiana, para que siga siendo fiel a la misión de ofrecer el Evangelio de salvación a todos los hombres. Roguemos al Señor.
2.- Para que el Sínodo produzca abundantes frutos de santidad en todos los bautizados, mediante una sincera conversión al Señor. Roguemos al Señor.
3.- Para que en el mundo entero progrese la paz, la libertad y la justicia, y se superen las divisiones y enemistades entre los pueblos. Roguemos al Señor.
4.- Para que, como miembros del cuerpo de Cristo, acojamos y demos cobijo a los que se ven obligados a emigrar de sus pueblos en busca de trabajo. Roguemos al Señor.
5. Por todas nuestras familias para que no pierdan la paz y la esperanza y sean ejemplo de fortaleza cristiana a pesar de las dificultades del ambiente en que vivimos. Roguemos al Señor.
6.- Por todos nosotros, para que siguiendo el consejo de María, hagamos lo que dice Jesús y nos dejemos guiar por él. Roguemos al Señor.
Sacerdote: Acoge, Padre, la oración de
tus hijos, que te alaban y te bendicen por tu amor. Por JCNS.
EXHORTACIÓN FINAL
En verdad eres digno de toda bendición, Dios Padre, porque nos diste como madre a María, la Madre de Jesús. Hoy la vemos a su lado en funciones de intercesión maternal, como acostumbra, preocupada siempre del bien de los demás.Ese vino de la boda, que ella consigue, es anticipo festivo el banquete de la eucaristía a la comunidad del reino de Dios.
Tú, Señor, que nos diste a María como modelo de creyente, ejemplo perfecto de discípula de Jesús, madre de la Iglesia e imagen esplendorosa de ésta misma en su plenitud final, concédenos caminar con ella, alegres en el seguimiento de Cristo, y respondiendo fielmente a nuestra vocación cristiana. Amén.
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