(23 de enero de 2022)
(Neh 8, 2-4a. 5-6. 8-10; Sal 18; 1 Cor 12, 12-30; Lc 1, 1-4; 4, 14-21)
MONICIÓN DE ENTRADA
Queridos hermanos Hoy se celebra en toda la Iglesia el Domingo de la Palabra de Dios instituido por el Papa Francisco, para que, al comienzo del Tiempo Ordinario, celebremos el don de la Palabra de Dios y redescubramos la importancia que tiene en nuestra vida de creyentes, de un modo particular en estos tiempos de pandemia.
Que la celebración de este Domingo de la
Palabra renueve en cada animador pastoral, y en las diversas instituciones y
servicios de nuestra Iglesia el compromiso de la Palabra de Dios, testimoniada
en las Sagradas Escrituras, como la savia que nutre la vida y la misión de la
Iglesia.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Sacerdote: El Espíritu de Dios está sobre mí”. Con esa fuerza, Jesús recorrerá su camino en la tierra; y confiados en la fuerza del Paráclito presentamos al Padre nuestras plegarias.
1. Para que, iluminados por la Palabra de Dios y unidos en la oración, podamos discernir la voluntad de Dios y seguir los caminos a los que él nos llama. Roguemos al Señor.
2. Por quienes colaboramos en las tareas de la evangelización, las celebraciones litúrgicas y el servicio caritativo-social, para que trabajemos confiadamente por la animación bíblica de todas nuestras actividades. Roguemos al Señor.
3. Para que, alentados por la Palabra de Dios, recemos siempre y sin desfallecer por la unidad de todos los cristianos y se nos conceda el don de la comunión plena. Roguemos al Señor.
4. Para que, acogiendo lo que transmitieron los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la palabra, conozcamos la solidez de las enseñanzas que hemos recibido. Roguemos al Señor.
5. Para que la Virgen María, reconocida como bienaventurada porque creyó en el cumplimiento de lo que el Señor le había dicho, nos acompañe en el camino de la escucha atenta de la Palabra de Dios. Roguemos al Señor
SACERDOTE: Dios Padre de misericordia, que tu palabra descienda sobre nosotros y sepamos escucharla y acogerla para que produzca frutos abundantes en nuestra vida. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te
damos gracias, Padre, porque hoy se cumple la Escritura
que nos habla de salvación y esperanza en Cristo Jesús, tu Hijo.
Él es tu palabra que nos revela tu nombre, tu amor y tu rostro.
Él es tu ungido, enviado para dar la buena noticia a los pobres,
para restituir a los explotados y oprimidos la dignidad,
para inaugurar el tiempo de gracia y bendición de nuestro Dios.
Queremos,
Señor, sumarnos a esa misión liberadora de Jesús,
restaurando con amor a su imagen primera la figura del hombre,
nuestro hermano, deformada y envejecida por tantas esclavitudes.
Ayúdanos en este empeño con la fuerza de tu Espíritu y concédenos
que nuestro momento fugaz madure en frutos de eternidad.Amén.
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