(2 de enero de 2022)
(Eclo 24, 1-2.8-12; Sal 147; Ef 1,3-6.15-18; Jn 1, 1-8)
MONICIÓN DE ENTRADA:
Recibid, hermanos y hermanas, nuestra más cordial y alegre bienvenida. Este Domingo Segundo de Navidad es como una gran oportunidad para volver a celebrar litúrgicamente el Nacimiento del Niño Dios. Y hemos de aprovecharlo. Dispongámonos a rezar, cantar y expresar toda nuestra alegría ante el hecho prodigioso que Dios se haya hecho Niño para salvarnos. Iniciemos pues la eucaristía con júbilo, amor esperanza y toda nuestra alegría.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Sacerdote: El eco de la venida del Salvador, que ha sonado toda la semana, se celebra hoy en este día. Dios viene a mostrarnos el camino hacia el Padre. Pidamos que nuestro camino sea iluminado y guiado por esa luz que vimos en el Pesebre:
1. – Por el Papa Francisco, para que todos sus esfuerzos por mostrar al mundo la misericordia de Dios, sean entendidos por todos. Roguemos al Señor.
2. – Por todos los pueblos de la tierra, para que descubran en la generosidad que Dios ha tenido con nosotros el modelo de comportamiento de unos con otros. Roguemos al Señor.
3. – Por todos aquellos que se han alejado de la Iglesia, para que descubran la Luz de Dios en su interior y encuentren su misericordia. Roguemos al Señor.
4. – Por los que no conocen a Jesucristo, para que llegue a ellos la luz del Evangelio. Roguemos al Señor.
5. – Por las familias, especialmente aquellas que pasan momentos de dificultad, para que Cristo sea su fortaleza. Roguemos al Señor.
6. – Por nosotros, llamados a dar testimonio de la luz de Cristo, para que sepamos hacerlo de modo que Cristo sea creído en el mundo. Roguemos al Señor.
Sacerdote: Padre, mandas a tu Unigénito para nuestra salvación, pero necesitamos de tu Luz para seguir los pasos que Él nos marca. Concede a tu Iglesia y al mundo todo lo que necesita para llegar a Ti. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
EXHORTACIÓN FINAL
(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1995, p. 36)
Te bendecimos, Padre nuestro, Dios la gratuidad,
porque la vigilante espera del adviento ha hecho florecer
la ansiada rosa de invierno: Hoy nos ha nacido el Salvador.
Gracias a Cristo Jesús somos “nueva creación” de tus manos.
Por eso recordamos como programa de vida cristiana
la apremiante exhortación del papa León Magno:
"Reconoce, cristiano, tu dignidad de hombre e hijo de Dios,
Partícipe ya de la naturaleza divina, no vuelvas a la vileza.
Piensa de qué Cabeza y de qué Cuerpo eres miembro.
No olvides que fuiste liberado del poder de las tinieblas
y trasladado a la luz del reino de Dios por Cristo Jesús". Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario