(26 de junio de 2022)
(1 Re 19,16b.19-21; Sal 15; Gál 5,1.13-18; Lc ,9,51-62)
MONICIÓN DE ENTRADA
Nos reunimos para celebrar la misa dominical en la doble mesa de la Palabra y de la Eucaristía.
Vamos a recordar hoy que el camino de Jesús hacia Jerusalén fue un camino hacia su entrega por amor. Tampoco el camino de nuestra vida y de nuestra entrega es fácil. El único modo de imitarlo es dejarnos instruir por él. Hagámoslo ya en esta celebración con todo nuestro corazón.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Sacerdote: Invoquemos, hermanos, la Misericordia de Dios Padre, para el Pueblo Santo de Dios y para todos los hombres y mujeres de la Tierra. Roguemos al Señor por las necesidades de todos.
1. Por el Papa Francisco, por los obispos, presbíteros y diáconos para que nunca les falte la Gracia de Dios y amor para todos los hermanos, ROGUEMOS AL SEÑOR.
2. Por los gobernantes de todos los países, para que trabajen por conseguir la paz en el mundo. ROGUEMOS AL SEÑOR
3. Por los laicos comprometidos, por todos aquellos que trabajan por los hermanos en las parroquias y los diferentes movimientos eclesiales. ROGUEMOS AL SEÑOR
4. Por los enfermos de cuerpo y alma, para que nunca les falte nuestro apoyo y amor fraterno, ROGUEMOS AL SEÑOR
5. Por los conductores, para que sean prudentes; por los que emprenden vacaciones, para que lleguen felizmente a su destino y regresen con alegría, ROGUEMOS AL SEÑOR
6. Por los emigrantes, los exiliados, los que no tienen casa y aquellos que estén lejos de sus familias, ROGUEMOS AL SEÑOR
7. Por todos nosotros, para que aprendamos la verdadera libertad cristiana, siendo servidores unos de otros por amor. ROGUEMOS AL SEÑOR
Sacerdote: Concede, Dios Padre de todos, lo que este pueblo reunido en tu nombre te pide con fe.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén
ORACION DE ACCION DE GRACIAS
Con la alegría que tu Espíritu infunde en nuestros corazones te alabamos a boca llena, Padre nuestro, porque nos llamaste a la libertad y a la confianza que nos da tu amor, mediante la comunión de destino con Jesucristo, tu Hijo y nuestro Señor.
Concédenos tú, Señor Jesús, hambre y sed de fidelidad para seguirte resueltamente y caminar fielmente a tu lado sin perder el paso, hasta la meta final de la pascua eterna.
Para eso, fortalécenos con tu Espíritu y purifícanos con su fuego que consuma nuestra escoria, nuestros miedos, nuestros egoísmos.
Haznos, Señor, testigos de tu evangelio en un mundo difícil que sufre vacío de espíritu, de amor y de esperanza. Amén.
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