sábado, 1 de octubre de 2022

Moniciones Domingo 27 Tiempo Ordinario - Ciclo C -

 (2 de octubre de 2022)

  (Hab 1,2-3;2,2-4; 2Tim 1,6-8.13-14; Lc 17,5-10)

 

MONICIÓN DE ENTRADA

Bienvenidos a la Eucaristía. Hoy, muy especialmente, nos vamos a unir a los apóstoles para pedir al Señor Jesús que nos aumente la fe. La realidad es que en estos tiempos realmente difíciles para la fe, necesitamos que ésta se fundamente en nuestros corazones y en nuestras mentes. Y que desde una conversión activa seamos capaces de influir en la sociedad actual. Unámonos todos en la liturgia dominical con la esperanza de que el Señor se apiade de nuestra fragilidad y nos haga fuertes en la fe, solícitos en la caridad y llenos de esperanza.


 ORACIÓN DE LOS FIELES

Sacerdote: Hoy, como los apóstoles hace más de dos mil años, rogamos a Dios –en nombre de su Hijo Único, Nuestro Señor Jesucristo, que nos aumente la fe y apoye nuestra debilidad.

 

1.- Por el Papa Francisco, para que sea fiel exponente de la fe que nos transmitió Jesucristo. Roguemos al Señor.

 

2.- Por toda la Iglesia universal para que, llena de fe, dé testimonio de la Palabra que Jesús nos enseña. Roguemos al Señor.

 

3.- Para que el Espíritu Santo inspire a todos los gobernantes del mundo la verdadera justicia y la auténtica paz, inspirada en las Bienaventuranzas que Jesús de Nazaret proclamó. Roguemos al Señor.

 

4.- Para que los enfermos, los ancianos, los marginados, los perseguidos encuentren consuelo y más fe en las enseñanzas de Jesús, Roguemos al Señor.

 

5.- Por todos los presentes en esta Eucaristía para que ahondemos en nuestra fe con esperanza y amor. Roguemos al Señor.

 

SACERDOTE: Padre bueno, acepta nuestras peticiones y ayúdanos en muestra lucha por mantener una fe viva y diligente- Por JNS.

DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

(Tomado de Basilio Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1995)

Gracias, Señor Jesús, porque en el evangelio de hoy nos muestras el poder incontenible de la fe auténtica.

Dios uno y trino es el interlocutor con quien hablamos y en quien creemos; y tú, Jesús, nuestro modelo en ese diálogo de la fe.

Concédenos, Señor, siquiera un granito de fe verdadera para dar paso a tus maravillas en nuestras vidas pequeñas, para tener luz y fuerza, optimismo y alegría, decisión y valentía para creer de verdad en estos tiempos difíciles que vivimos.

Haz, Señor, que tu ternura providente despierte nuestra fe dormida, y concédele la calidad y el empuje que tú quieres. ¡Señor, creemos; pero aumenta más y más nuestra fe! Amén.

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