jueves, 31 de diciembre de 2020

Moniciones Santa María, Madre de Dios

 (1 de enero)

 (Núm 6,22-27; Gál 4,4-7; Lc 2, 16-21)

 Monición de entrada.- Os deseamos FELIZ AÑO en esta primera Eucaristía del año nuevo. Y también os ofrecemos nuestra más cordial bienvenida. La fiesta litúrgica de hoy nos marca tres líneas muy importantes. La primera: conmemoramos a María de Nazaret como Madre de Dios, fiesta antigua y situada muy dentro del sentir de la Iglesia.  La segunda es que celebramos la Jornada de la Paz, y el Papa siempre ora por esa paz tan deseada, y muy especialmente en el primer día del año. Y la tercera, ya lo hemos dicho: conmemoramos el año nuevo. Damos gracias a Dios por los bienes recibidos durante el año pasado y le pedimos que este año nuevo, recién nacido, nos ayude a vivir, con sentido profundo, en nuestra condición de discípulos activos de Jesús, nuestro Maestro. Iniciemos pues, con mucha alegría, la celebración de hoy.

 


ORACIÓN  DE LOS FIELES

Celebrante .- Hoy comenzamos el año y en este primer día celebramos la maternidad de María y la Jornada de la Paz. A la Reina de la Paz consagramos este año y pedimos al Padre que sea muy fructífero para la extensión del Reino.

1. – Por el Papa, los obispos, sacerdotes y todos los miembros de la Iglesia, para que sean instrumentos de tu Paz en medio del mundo. Roguemos al Señor.

2. –  Por la paz en el mundo, para que todos los responsables políticos vivan su labor con responsabilidad y atención al pueblo, promoviendo iniciativas de solidaridad y paz, con el fin de arrancar de nuestra sociedad todo indicio de violencia y guerra. Roguemos al Señor.

3.- Por los enfermos, los necesitados, los que viven preocupados, para que poniendo sus inquietudes en manos de María, encuentren el consuelo y la ayuda necesaria para aliviar sus problemas. Roguemos al Señor.

4.- Por todos los que en este primer día del año nos hemos reunido a festejar a Nuestra Madre como Madre del Redentor, para que la Paz que ella nos ha traído nos acompañe durante todo el año. Roguemos al Señor.

Celebrante .- Padre, concédenos, por tu bondad, todas las necesidades que te hemos presentado y sé propicio para tu Iglesia durante todo el año que hoy comienza. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor.  Amén.

 EXHORTACIÓN FINAL: 

 (Tomado de B. Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1993, p. 434)

 ¡Bendito seas, Dios nuestro! Por medio de Santa María

Llegó a nuestra tierra atormentada la aurora de tu paz.

“Hoy nos ha nacido un niño, un hijo se nos ha dado:

Lleva al hombro el principado, y su nombre es:

Maravilla de Consejero, Padre perpetuo, Príncipe de la paz,

Para dilatar el principado con una paz sin límite”.


Por todo tu amor a lo largo del año que ha pasado

Y por tantas cosas como nos diste en la vida: ¡gracias, Señor!

Al comienzo del nuevo año ilumina tu rostro sobre nosotros,

Y concédenos tu favor para cada uno de sus 366 días.

Santa María, Madre de Dios y Reina de la paz, ruega por nosotros. Amén.

sábado, 26 de diciembre de 2020

Moniciones Fiesta de la Sagrada Familia - Ciclo B -

(Eclo 3, 3-7. 14-17; Col 3, 12-21; Lc 2,22-40)

Monición de entrada. 

Celebramos la Eucaristía en el domingo de la Sagrada Familia. Una familia que pasó por dificultades de todo tipo, pero siempre permanecieron unidos entre sí y con la confianza puesta en Dios.

Si de verdad queremos construir una sociedad en la que se tengan presentes los valores que debemos trasmitir en la familia: la vida, los derechos del niño, la formación religiosa y ética, el valor del matrimonio… María, José y el Niño, deben ser hoy para nosotros modelo y ejemplo a seguir.

Pedimos al Señor que proteja a la gran familia humana.

 


ORACIÓN DE LOS FIELES

SACERDOTE:  En el día que la familia cristiana recuerda a la Familia de Nazaret, presentamos nuestras necesidades a Dios nuestro Padre.

1.- Por la Iglesia, para que sea siempre acogedora, comprensiva, compasiva tal y como nos enseña Jesús, que no existan dentro de ella hijos marginados por la dureza e intolerancia. Roguemos al Señor.

2.- Por los padres de familia, para que a la hora de transmitir a sus hijos los valores de la fe, solidaridad, respeto, honradez y colaboración, sean ellos los primeros en dar ejemplo y rezar con ellos. Roguemos al Señor.

3.- Por tantos matrimonios y familias que atraviesan por diferentes dificultades: para que, como creyentes, estemos cerca de ellos, y sepamos llevarles la alegría del Evangelio. Roguemos al Señor.

4.- Por nuestros familiares ancianos; para que reconozcamos siempre su valor, su sabiduría, su compañía, independientemente de que sus manos puedan o no sernos útiles. Roguemos al Señor.

5.-  Para que el nuevo año que recibimos lo construyamos promoviendo siempre los valores humanos y cristianos en el seno de la familia. Roguemos al Señor

SACERDOTE: Atiende con amor, Padre, la oración que te presentamos; y, al contemplar a la Familia de Nazaret, haznos dóciles a tus inspiraciones. Por JCNS.

Exhortación final:

 

(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1995, p. 39)

Te damos gracias, Padre, porque Cristo, tu Hijo,

se hizo verdaderamente como uno más en nuestros hogares.

Su familia de Nazaret nos muestra la existencia del creyente

como actitud de éxodo hacia la patria; y, de paso,

nos enseña que la cruz estará presente siempre en el camino.

 Su vida en familia santificó esta realidad humana,

y nos muestra el valor básico y permanente de la misma:

comunicación de amor y de vida al servicio tuyo y de los hermanos.

 Por intercesión de María y de José bendice, Señor Jesús,

nuestras familias en este momento difícil de crisis

y concédenos que reflejen un poco la tuya de Nazaret. Amén.


 

 

jueves, 24 de diciembre de 2020

Moniciones Navidad

(Is 52,7-10; Heb 1,1-6; Jn 1,1-18)

¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero… que anuncia la buena noticia! (Is 52,7).

 Monición de entrada

Hermanos: ¡Feliz Navidad! Hoy todo nos habla de alegría. Recordamos y hacemos presente entre nosotros el nacimiento de Jesucristo. Dios está con nosotros, está en medio de nosotros. Ha venido a compartir nuestra historia, a caminar con cada uno de nosotros. Hoy, celebramos que Dios se ha hecho hombre, que Dios ha hecho realidad su empeño en vivir con y como nosotros. Hoy Dios se hace ternura en el Niño de Belén.

Dispongamos nuestro corazón para escuchar su Palabra y fortalecernos con el Pan de su Mesa. Abramos las puertas de nuestra vida y él pondrá su tienda en nosotros. Dejémonos llenarnos por su presencia y así seremos revelación de Dios, testigos de la Navidad.


ORACIÓN DE LOS FIELES

1.- Por la Iglesia, por nuestras pequeñas comunidades parroquiales y religiosas, para que proclamen, mediante la acogida y el servicio a los hermanos, la Buena Noticia de Belén. ROGUEMOS AL SEÑOR.

2.- Por todos los niños que sufren en el mundo, para que encuentren cerca a alguien que les consuele, les mime, les cuide y les alimente con celo. ROGUEMOS AL SEÑOR.

3.- Por todos aquellos que viven en penumbra, donde acampa silenciosamente el Verbo, para que en esos rincones se haga la luz y la Buena Noticia sea proclamada con fuerza y verdad. ROGUEMOS AL SEÑOR.

4.- Por la paz en el mundo y en nuestro pueblo, para que el Niño, “Mensajero de la Paz”, transforme nuestros corazones, convierta nuestras palabras y gestos en signos de unidad y fraternidad. ROGUEMOS AL SEÑOR.

5.- Por cuantos nos hemos reunido con gozo a celebrar el nacimiento de Belén, para que seamos transmisores de la salvación gratuita y amorosa que nos ofrece el Señor. ROGUEMOS AL SEÑOR.

Después de la Comunión

(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, 1993)

Sabíamos, Señor, que eres bueno y que nos quieres bien; pero hoy lo demuestras palpablemente, una vez más, a tu estilo:
con un optimismo a toda prueba y una entrega sin reservas. ¿Quién daría un céntimo por nosotros, tan ruines y ruinosos? Pero tú rompes todos los moldes y todos los cálculos; tú amas al hombre hasta hacerte uno más entre nosotros.

¡Gracias, Señor Jesús! Has venido a tu casa, y queremos recibirte como tú lo mereces. Al celebrar tu nacimiento, concédenos renovar nuestra vieja y mezquina mentalidad para revestirnos de la nueva condición humana a tu imagen, la condición de hijos de Dios y hermanos de los hombres. Amén.