(12 de diciembre de 2021)
(Sof 3, 14-18a; Fil 4, 4-7; Lc 3, 10-18)
ENTRADA
Alegrémonos, hermanos y hermanas; este es el gran mensaje de este tercer domingo de Adviento. El Señor está cerca, su luz nos iluminará en pocos días, nada puede oscurecer esa luz.
El Mesías esperado se acerca a nuestras vidas y nos pide que comuniquemos ese gozo a nuestro alrededor: construir redes de fraternidad, de amistad, de encuentro, de justicia, donde la dignidad de todos sea reconocida.
El Señor está cerca. ¡Ven, Señor Jesús!
BENDICIÓN DEL TERCER CIRIO
Al encender estas tres velas, queremos manifestarte, Señor Jesucristo, nuestro deseo de recibir
de tu luz, porque Tú eres el verdadero astro que ilumina toda tiniebla;
y expresamos nuestra disponibilidad para ser testigos
y portadores de tu luz ante quienes viven en la tiniebla del sinsentido,
la desdicha, la soledad y el olvido.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Sacerdote: Oremos al Señor, nuestro Dios. Él está cerca de los que lo invocan.
1. Por la Iglesia, precursora de Cristo como Juan Bautista, para que sepa hacer atrayente para todos el mensaje cristiano. Roguemos al Señor.
2. Por los gobernantes, para que procuren sin descanso la justicia y la paz. Roguemos al Señor.
3. Por los enfermos y todos los que sufren, para que no teman y reconozcan junto a ellos a quien los ama de verdad. Roguemos al Señor.
4. Por nosotros, que recibimos la Buena Noticia, para que llevemos a todos la alegría y la esperanza, compartiendo nuestra vida y nuestras cosas con los demás. Roguemos al Señor.
Sacerdote: En ti confiamos, Señor, escúchanos:
Tú eres nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
EXHORTACIÓN FINAL:
Tomado de B. Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1993, p. 417)
Peregrinos en el desierto de la vida, te bendecimos, Dios de la liberación, con todas las fuerzas que nos quedan, porque tu aurora despunta en la raya de nuestro horizonte. Líbranos, Señor, de estancarnos en el engañoso oasis del pasado, y haz que caminemos hacia el futuro con pleno realismo, discerniendo el azaroso presente y los valores de tu reino, porque tan estéril resulta un ciego conservadurismo a ultranza Como hacer, por sistema tabla rasa de todo el pasado.
Manténnos firmes, Señor, en la tentación y el equilibrio de una esperanza inquieta y de un amor joven y activo, para convertir nuestro corazón a los valores de tu reino. Amén. |
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