(12 de marzo de 2023)
Ex 17, 3-7. Sal 94 ; Rom 5, 1-2. 5-8 ; Jn 4, 5-42.
Monición de entrada
En
este tercer domingo de Cuaresma las lecturas nos invitan a fijar nuestros ojos
y nuestra vida en Dios, quien es la fuente de la vida. En este mundo tan
materializado, hemos perdido el conocimiento auténtico de Dios. Hoy nosotros,
como el pueblo de Israel, seguimos sedientos de Dios. Busquemos la Roca que nos salva, entrando
en su presencia, para fortalecernos cada vez más en la gracia recibida en
nuestro bautismo.
Oración Universal:
2. Por todos los gobernantes del mundo: para que no endurezcan sus corazones ante la guerra, la miseria y los pecados sociales, sino que busquen caminos de paz, de desarrollo y de valores cristianos. Roguemos al Señor.
3. Por todas las familias divididas que viven situaciones difíciles: para que Jesús sacie su sed de felicidad y bienestar. Roguemos al Señor.
4. Por todas las víctimas del 11 de marzo de 2004, los fallecidos y los que continúan heridos, y por sus familias. Roguemos al Señor.
5. Por un aumento en las vocaciones en la Vida Religiosa y Sacerdotal, en toda la Iglesia. Roguemos al Señor.
6. Por todos nosotros, aquí presentes: para que vivamos el gozo de nuestra salvación con un corazón agradecido, siempre dispuestos a servir a nuestros hermanos más necesitados. Roguemos al Señor.
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
(Tomado de Basilio Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1995)
¿Cómo podríamos
silenciar nuestro canto de alabanza,
Señor, Dios de misericordia, cuando
oímos de labios de Jesús
la revelación sublime de tu nombre,
que es don, amor y vida?
Cristo nos da el agua viva que
calma nuestra sed para siempre
y se convierte dentro de nosotros
en surtidor de vida eterna.
¡Gracias, Padre, porque el río de
tu amor no conoce el estiaje!
Pero nuestra sed es infinita. Una
sed de vida en plenitud,
de felicidad profunda que no
defraude, de liberación total,
de pan y cariño, de verdad y
dignidad, de amor y esperanza,
de fraternidad y justicia, de
solidaridad y derechos humanos.
¿Dónde sino en ti, Señor,
encontraremos agua para tanta sed? Amén.
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